El Coronavirus y la Escuela Concertada
Fidel García Martínez. Teólogo.
La escuela concertada, una gran familia educativa, no sólo no es ajena a la pandemia del Covid-19, sino que la está sufriendo de forma especial, por muchos motivos no siendo el menor las sinuosas intenciones de la Sra. Ministra de Educación y sus planes, para si no hacerla difícil sí atacarla en su misma función. En estos duros momentos la enseñanza en general, y la concertada en particular, está seriamente afectada en su futuro inmediato, cuestionando: fin de curso, enseñanzas digitales, exámenes, pruebas de acceso a la universidad (...). Posiblemente el futuro de España se está jugando, en parte, en la enseñanza libre de ideologías totalitarias y excluyentes, como ordena en el Artículo 27 la Constitución.
Son muchos los directivos, docentes, personal de servicios y familias que se unen en la oración y en el sacrificio para poder superar estos duros momentos. Los centros educativos siguen cerrados sin ver la luz en el túnel. Ante esta dura realidad no faltan los demagogos sectarios quienes siembran la inquietud y el desasosiego en las familias de los centros concertados, para que no colaboren económicamente con los centros de sus hijos por estar, dicen ellos, cerrados. Se olvidan estos enemigos de la enseñanza concertada de algo tan elemental como que la subvención educativa del concierto va directamente: a los profesores de la etapa concertada, y parte al pago de los gastos ordinarios del centro. Las familias con sus aportaciones voluntarias cubren generosamente la infrafinanciación de la enseñanza concertada, como: el gasto ordinario, que no cubre la subvención, mantenimiento de los inmuebles y actualización de sus instalaciones. A pesar de todas las pegas con las que se quiere ahogar los centrados concertados las familias se están comportando de forma ejemplar y muy sacrificada por la educación en calidad y libertad de sus hijos.