El encantador proyecto de ley presentado por la comunista que ejerce de diputada en Chile
Gonzalo Rojas Sánchez. El encantador proyecto de ley presentado por la comunista que ejerce de diputada, Karol Cariola, merece un museo para ella sola. Sí, un museo de la Memoria para el texto de la jovenzuela. (Al menos, eso no lo prohíbe en su iniciativa). Deberá formar parte, en un amplio panel, de una exposición de las más notables ocurrencias de sus camaradas y de otros marxistas afines en Chile: las normas sobre Juntas de Abastecimientos y precios, el proyecto de la ENU, el proyecto contra los historiadores, los indultos a terroristas, las reparaciones económicas para subversivos o asesinos.
Los comunistas nacen, viven y mueren al interior de la dialéctica. Necesitan del movimiento de las tesis, antítesis y síntesis, así como los demás individuos funcionamos con sístoles y diástoles, con proyectos y gestiones libres.
Ellos realizan operaciones perfectamente planificadas, más bien, incorporadas por un chip en sus cerebros en una etapa temprana de su
deformación: determinar quién es el enemigo, generar el odio para tenerlo siempre presente, combatirlo con todas las armas, disponerse a morir por la tesis o por la antítesis (vaya uno a saber cuál es en cada caso) culpar al enemigo de sus derrotas, reagruparse en la supervivencia o en la clandestinidad, perseguirlo una vez recuperada su presencia, obtener todos los beneficios económicos posibles, aniquilar la historia del enemigo y llevar a sus principales miembros al paredón.
¿Demasiadas etapas para una sola vida comunista? Qué importa eso: el partidos clona a sus militantes desde su captación, siguiendo el modelo de Stajanov, Zaitsev o Morozov, de R.
Parra, Neruda, Marín o Jara. Los hace en serie, con el manual de Huxley a la vista, con los incontrastables relatos de Orwell al alcance de la mano. Esos textos fastidian al PC, pero siguen siendo su canon de acción.
El proyecto de ley de Cariola está ubicado en la penúltima de las etapas y anuncia ya la postrera: de la aniquilación de la historia, al paredón; de la mentira, al fusilamiento, el único final de la historia que realmente practican los comunistas.
Los antecedentes del proyecto se resumen así: el mal absoluto fue el Gobierno militar (ya incurro en falta grave por no decir Dictadura: guárdese este antecedente juntos a otros miles ya acumulados para mi proceso) por lo que en 15 artículos se propone legislar de todos los modos imaginables para que la pureza absoluta del bien comunista quede garantizada en las mentes y los corazones de todos los chilenos.
Los que iremos a la cárcel por no doblegarnos, seguramente compartiremos por breve tiempo la suerte de los detenidos en la Lubianka, para ser destinados después a Vorkuta o a Kolyma.
Sí, sin bromear, el proyecto establece que "las contravenciones a la presente ley serán sancionadas con presidio menor en su grado máximo a presidio mayor en su grado máximo y multas de
500 a 3000 UTM."
Lo que quizás a Cariola no le han contado -y estará prohibido relatarlo en Chile, obviamente- es que el PC suele limpiar sus filas cada cierto tiempo y que sus más ilustras figuras pasan por todas las Lubiankas y terminan en todos los Vorkutas y Kolymas. Nos vemos Karol.