Redacción Madrid. 13 de septiembre. El francés Sebastian Vettel (Toro Rosso) se convirtió hoy en el piloto más joven en lograr una 'pole' en la historia de la Fórmula 1 con su mejor registro hoy en Monza, arrebatándole el récord a Fernando Alonso (Renault), que mañana saldrá octavo en la parrilla de salida.

   Igual que en la jornada de entrenamientos libres de ayer, la lluvia tomó el protagonismo absoluto de la competición, igualando las posibilidades de los pilotos independientemente de la escudería para la que rodaran. De esta confusión climatológica se aprovechó Vettel, una joven promesa que hoy se ha convertido en una realidad con 21 años recién cumplidos.

   El francés fue el mejor de una extraña Q3 en la que no rodaron Lewis Hamilton (McLaren-Mercedes), decimoquinto, Kimi Raikonnen (Ferrari), decimocuarto, ni Robert Kubica (BMW), undécimo, vencidos por la lluvia en la ronda anterior. Los boxes de las dos principales escuderías reflejaban la preocupación, algo aliviada con las actuaciones de Kovalainen (McLaren-Mercedes), segundo, y de Felipe Massa (Ferrari), séptimo.

   Por su parte, Alonso saldrá desde la octava posición, aunque sus verdaderas posibilidades, igual que la de todos los pilotos, estarán mañana en manos de la meteorología. El español no pudo aprovechar una muy favorable Q3 y acabó superado por pilotos como Mark Webber (Red Bull), Sebastien Bourdais (Toro Rosso) o Jarno Trulli (Toyota).

   Su compañero de equipo, Nelsinho Piquet, sufrió aún más las consecuencias climatológicas y ni siquiera superó la primera ronda de calificación, por lo que mañana partirá en la decimoséptima plaza, curiosamente cerca de Raikonnen y Hamilton.

   De esta forma, concluyeron dos jornadas de entrenamientos muy poco ilustrativas de cara a la carrera, ya que en ninguna de las cuatro sesiones se vieron resultados reales debido a la insistente presencia del agua.

   La carrera supondrá una gran oportunidad para que algún piloto prometedor como Vettel inaugure su palmarés con una victoria que también podría estar al alcance de Alonso, siempre que funcione su conocido buen pilotaje en lluvia y que le sonríe el carrusel de trompos en que se convertirá la carrera si se vuelve a rodar en mojado.