Iván Martín y Ladera. 23 de marzo.

A pesar de todo lo que el ser humano ha evolucionado socialmente, cada día es más patente la fragilidad de la memoria colectiva de la ciudadanía que, víctima de un vertiginoso ritmo diario en el que viven las sociedades de los países que siguen el modelo occidental, han perdido la percepción del tiempo, de la memoria histórica y social.

Esta situación donde las noticias son tan efímeras como los editores de los medios quieran, en medio de una sociedad absolutamente mediatizada donde la percepción de la realidad se ve empeñada por los intereses creados de los oligarcas y políticos, crea grandes y serios perjuicios al futuro de las naciones y una indignante impunidad a los responsables políticos de sus propios actos, quedando a salvo de cualquier
consecuencia y daños que puedan acarrear a sus conciudadanos, mientras que la persona de a pie, es sancionada y esta indefensa ante el Estado, respondiendo con sus bienes actuales futuros y su propia libertad ante cualquier acto.

Fruto de este estado que cada día recuerda mas a las épocas feudales, donde unas clases eran quien dictaban las reglas mientras ellos mismos eran impunes a estas y el resto las sufría, llegamos a situaciones que podríamos describir irónicas si no fuera porque su trascendencia es excesivamente importante e hipoteca el futuro de la entera sociedad.

Una de estas situaciones, una de estas mentiras del sistema, una de estas falsedades acuciantes que planean sobre los ciudadanos, es la obscenidad de las prebendas que gozan los eurodiputados, quienes se afanan por legislar en contra de las evasiones de impuestos, de los paraísos fiscales, mientras que ellos, los parlamentarios electos por los ciudadanos de toda la Unión Europea, estas exentos de impuestos, no han de pagar ni un céntimo a sus respectivas haciendas, y gozan de unos estatus de gran privilegio.

Ciudadanos Europeos, mientras sus representantes legislan para ustedes y les recaudan su dinero, ellos no contribuyen a la arcas de ningún estado, ellos legislan para ser los únicos con derecho a ser diferentes y mantener sus privilegios insolidarios y poco democráticos.

¿Cuál es el precio de esta mentira?, un eurodiputado cobra en torno a €14,000, libres de impuestos, un dinero que paga cada ciudadano por mantener a unos representantes que a la hora de contribuir con sus retribuciones a la hacienda pública (de vuelta a los ciudadanos) su aportación es nula, es decir del sueldo que usted les paga con sus impuestos, se llevan al bolsillo el 100%, La verdad, que no la mentira que se vende, es que de cada salario percibido por cada lector de este artículo, ninguno recibe el 100% de lo que una empresa le paga. Esta es la ecuación de que nos indica el precio de la mentira. Compruebe cuanto ganaría usted al mes si disfrutara de los privilegios fiscales de un eurodiputado...

¿Ponemos otro ejemplo?, estamos viviendo hoy las consecuencias del comportamiento más descarado por parte de las oligarquías que reinan por España, en toda ella, con el beneplácito de los paladines de su impunidad. Hablo del sector eléctrico, uno de los grandes poderes ocultos que han procedido a una de las mayores apropiaciones de capital de los ciudadanos, con unas facturas en Enero y Febrero que no reflejaban en muchos casos los consumos reales, donde una vez más el garante de la libertad de los
ciudadanos, aquellos que viven de estos y deben velar por su bienestar, nuevamente les han abandonado.

Pero esto no acaba aquí, para aquellos que son víctimas del olvido que camufla la mentira, debemos recordar como en los gobiernos de Felipe González, en los ochenta, se extendió la cultura del “nucleares no”, del “OTAN no”, etc... El caso es que este eslogan que quedaba muy “chic” en la época, supuso el
desmantelamiento de unas centrales que estaban terminadas al 86% de sus construcción, y cuyo coste fue espectacular, por muchos y diversos motivos; hubo que devolver a las empresas hasta la última peseta que habían invertido, lo que pagaron los ciudadanos (que no fueron consultados) durante veinte años. Pero el mayor problema es que se perdieron ademas de miles de millones, 32 millones de Mwh, que las
centrales hubieran producido sin emitir ni una gota de CO2 a la atmósfera, y claro ha habido que generar esa energía mediante otros sistemas a un precio mayor y con mayor impacto medioambiental (emisiones de CO2 en españa en 1990 = 99,2 en 2007 = 152,3, ¿cuál es la mentira ahora?).

El resultado de esta gran mentira es: de haber pagado €12 el Mwh producido por las centrales desmanteladas, se pagaron €80 producidos por otros medios, esto representa 2,176 millones de €/año (sin incluir la devolución de las inversiones y el coste de desmantelamiento). Si comenzamos a sumar las subvenciones del año 2008 a las energías alternativas 2,400 millones de €, más otros tantos del gobierno dirigido por Aznar como ayudas y subvenciones a estos mismos sectores..., sumen ustedes..., yo no
me atrevo, pero obtendrán el precio de la mentira.

Hay una forma de evitar pagar por el mal, impunidad y consecuencias de las acciones de sus dirigentes, está al alcance de cada uno de ustedes, está en su memoria, por favor NO OLVIDEN, no paguen más mentiras.