En el 50 aniversario de su magnicidio: ¿Quién fue el almirante Luis Carrero Blanco?
José Luis Orella
El 20 de diciembre de 1973 se producía el último magnicidio de España, con el asesinato del presidente del gobierno, almirante Luis Carrero Blanco, por el grupo terrorista ETA. Las razones de su asesinato nunca quedaron claras y los apoyos que tuvieron sus asesinos facilitaron una masacre que se encontraba por encima de su nivel de operatividad en aquel momento. Pero quien fue aquel marino, que impulsó nuestro desarrollo económico y pretendió hacer de España una de las grandes potencias del mundo libre.
El almirante Luis Carrero Blanco nació el 4 de marzo de 1904 en Santoña (Cantabria), localidad marinera que también fue hogar del célebre Juan de la Cosa. Primogénito en una familia de tradición militar, perdió a su madre con corta edad. Criado en una villa marinera, pronto sintió su vocación militar en el mar, ingresando en la Escuela Naval de San Fernando (Cádiz) en 1918. En 1924 realizó el curso de submarinos, y a continuación fue destinado al guardacostas Arcila, como segundo comandante. Al año siguiente participó en la Guerra de Marruecos, donde conoció a un joven coronel ferrolano, Francisco Franco, que mandaba unas unidades de asalto de reciente formación, la legión. El joven alférez de navío no sabía que aquel fortuito encuentro cambiaría el destino de su vida. Poco después, participaba en el desembarco de Alhucemas que culminaba con la derrota de Abd el Krim.
En 1928 conoció a Carmen Pichot, hija de un ingeniero que se encontraba realizando obras en la ciudad de Ceuta, con quien se casó. Durante la II República, estuvo en la Escuela Naval de París, y en 1935 fue nombrado secretario de la Escuela de Guerra Naval, ascendiendo a capitán de corbeta. En la escuela, cubrió su periodo docente como profesor de Táctica Submarina. Cuando estalló la Guerra Civil, los mandos de la Armada fueron asesinados en masa, pero Carrero pudo salvar la vida refugiándose en la embajada de México, y cuando ésta fue ocupada por fuerzas milicianas, en la de Francia. Durante la guerra, servirá en diferentes destinos bélicos embarcado. Sin embargo, durante ese tiempo perdió a su padre y sus dos hermanos.
1940 será un año importante en su vida al ascender a capitán de fragata y convertirse en vicesecretario general de FET de las JONS, con categoría de ministro sin cartera. El informe que preparó para el almirante Salvador Moreno, ministro de la Marina, sobre las consecuencias negativas de una posible entrada en la Segunda Guerra Mundial de España, en noviembre de 1940, determinó la neutralidad de España y su futura carrera política. El 6 de mayo de 1941, Carrero Blanco se convertía en subsecretario de la Presidencia del Gobierno. Su labor política no le impedirá ir subiendo en el escalafón hasta llegar el 26 de febrero de 1966 al grado de almirante. Del mismo modo, simultaneándolo con su puesto de subsecretario de presidencia de gobierno, el 21 de septiembre de 1967, sustituyó al general Muñoz Grandes, como vicepresidente de Gobierno. Será a partir de entonces, cuando su influencia política se hará notable, liderando la llegada de los tecnócratas a los ejecutivos del general Franco.
Su cosmovisión de la realidad se encontrará perfilada por su monarquismo y su profunda religiosidad católica. Aquella cosmovisión católica tradicional, tenía la novedad de verse aplicada a través de la geopolítica naval. España es un país asentado en una península, dos archipiélagos y las ciudades de Ceuta y Melilla junto a los peñones. Una presencia, que, por su distribución, exigía tener una presencia naval importante. Con respecto a su visión política de la política internacional, señalaba al comunismo, como verdadero imperio del mal, y a los masones como los artífices de la decadencia española, a favor de la hegemonía británica
La necesidad de modernizar el régimen, dentro de unos parámetros coherentes con la historia tradicional de España, iba a convertir al almirante cántabro en el responsable de la llegada de una nueva generación de hombres al poder, más preparada, y que tenía como objetivo, a través de los logros de los planes de desarrollo, fomentar un incremento económico, el llamado,” Milagro español” que transformó la estructura social española a niveles de la Europa occidental. El crecimiento alzó España a novena potencia económica y la posibilidad de convertirse en la quinta potencia con armamento nuclear, con el programa de aperturas de centrales nucleares que se iban inaugurando. Sin embargo, su asesinato el 20 de diciembre de 1973 eliminará todos los proyectos que él anunció en el inicio de su mandato como presidente de gobierno. Su muerte significó la depuración de todos sus colaboradores y la sustitución de su equipo por sus rivales políticos. La transición a la democracia tuvo protagonistas diferentes, a los que Carrero hubiese confiado. ETA se atribuyó su asesinato y fue el más importante, por sus consecuencias, de su sangrienta historia. Sin embargo, la transición a la democracia no iba a desarrollarse desde Madrid, según los planes que tenía preparados el almirante, sino según los planes de los despachos de algunos países del extranjero.