Semanas después de esa firma, comenzaban a inundarse las carreteras, autovías y autopistas españolas con unos grandes letreros en azul, con el lema “Tramo de concentración de accidentes – xx kms.”. ¡Hala!, ya estaban señalizados.

Los “tramos de concentración de accidentes”, son los vulgarmente conocidos como “puntos negros”, en los que la calzada presenta diversas irregularidades, ya sea en su trazado, en su diseño, en el peralte de sus curvas, en su desnivel, etc. y creemos que con su señalización se pueden evitar accidentes de tráfico, si junto a ese gran letrero en azul que lo señala, se limita razonablemente la velocidad por medio de una señal.

Hasta aquí, sigue estando la cosa correcta pero, ahora viene la pregunta: ¿Cuándo se van a reparar esos “puntos negros” para que no se vuelvan a producir accidentes y la circulación retome la normalidad?. Pues, no se sabe, porque como todo el mundo sabe, es mucho más barato poner letreros y señalizaciones, que pueden seguir ahí por los siglos de los siglos, que poner manos a la obra y eliminarlos. ¿Se sabe si el compromiso firmado por el Ministerio de Fomento, el Ministerio del Interior y la Dirección General de Tráfico, así como una plataforma de seguridad vial de un medio informativo firmantes del mismo, compromete también la reparación y eliminación de los “tramos de concentración de accidentes”?. Y, ¿cuándo?. A lo mejor, habrá que esperar a que entre en vigor la nueva Ley de Tráfico, en la que se dice que, “el importe de las multas de tráfico se destinará a mejorar la seguridad vial”. Si eso es así, como decía el otro, “largo me lo fiáis”.