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Hamilton exhibe un pilotaje perfecto en el asfalto mojado de Silverstone

El piloto inglés Lewis Hamilton (McLaren Mercedes) fue el más rápido en el Gran Premio de Gran Bretaña, novena prueba del Mundial de Fórmua 1 disputada hoy en el circuito de Silverstone, por delante del alemán Nick Heidfeld (BMW Sauber) y del brasileño Rubens Barrichello (Honda), que fueron segundo y tercero respectivamente.

   En una carrera marcada por la inestabilidad climatológica que produjo la aparición intermitente de la lluvia, el español Fernando Alonso (Renault) no acertó con la elección de los neumáticos y, a pesar de rodar cercano al podio, cayó hasta la sexta plaza mermado por la degradación de sus 'gomas'.

   El triunfo de Hamilton termina con una sequía de ocho años sin victorias británicas en el circuito de Silverstone, ya que desde que David Coulthard (Red Bull) ganase en la temporada 2000 ningún piloto local se había adjudicado el triunfo en el Gran Premio de Gran Bretaña.

   La nula visibilidad provocada por la cortina de agua que levantaban los monoplazas y la escasa adherencia del asfalto mojado, que convirtió el trazado británico en una pista de patinaje, dificultaron la conducción para los pilotos y sólo pudieron acabar trece monoplazas.

   Con una salida espectacular el británico Lewis Hamilton (McLaren Mercedes) se puso segundo e intentó tomar el liderato de la carrera y tanto arriesgó que incluso tocó a su compañero de equipo Kovalainen, que tuvo que maniobrar para impedir que su coche se descontrolase pero pudo mantener la primera plaza.

   Ya en la primera vuelta, las malas condiciones que tuvieron que afrontar los pilotos provocó que se produjesen varios trompos como los que sufrieron el australiano Markus Webber (Red Bull) y el brasileño Felipe Massa (Ferrari) mientras que David Coulthard y Sebastian Vettel (Toro Rosso) perdieron todas sus opciones tras salirse de la pista.

   Alonso, que comenzó perdiendo un puesto con Nelson Piquet en la salida dejó claro quien es el primer piloto de Renault y, después de recuperar la plaza adelantando a su compañero, rebasó a Nick Heidfeld para colocarse cuarto, tras verse beneficiado por el trompo de Webber, en la tercera de las 60 vueltas que debían completar los pilotos.

   Cuatro fueron las vueltas que necesitó Hamilton para liderar la carrera, mientras que por detrás el español Alonso encadenaba vuelta rápida tras vuelta rápida para acercarse a Raikkonen (Ferrari), que mantenía la tercera plaza que obtuvo en la clasificación.

   Desde entonces el protagonismo de la carrera pasó a Hamilton, Kovalainen y Raikkonen, que peleaban por el liderato de la carrera mientras que Alonso, con poblemas en los neumáticos, veía como sus tiempos se alejaban de los pilotos que mantenían la cabeza de carrera mientras que por detrás Heidfield se aproximaba peligrosamente a su Renault.

   La aparición de la intensa lluvia cuando los pilotos se aproximaban al ecuador de la carrera provocó nuevos incidentes en la pista. Así, a pesar de sufrir un trompo, Timo Glock (Toyota) pudo controlar su coche y mantenerse en carrera pero peor suerte tuvo el brasileño Nelson Piquet, que vio como su carrera se terminó cuando quedaban 24 vueltas para el final.

   No fueron los únicos problemas ya que los pilotos de la cabeza de carrera también se veían impotentes para controlar sus monoplazas y tanto Hamilton como Kubica y Raikkonen sufrieron salidas de pista, lo que aprovechó el alemán Nick Heidfeld para colocarse segundo, una posición que no abandonó hasta el final de la carrera.

   Cuando restaban 22 giros, los tres primeros clasificados de la carrera entraron en boxes, una parada muy lenta de Kubica le restó muchas opciones para un puesto de honor que se le escapó de manera definitiva cuando dos vueltas después no pudo volver a la carrera al salirse de la pista.

   Entonces comenzó un monólogo de Lewis Hamilton que, con una conducción magistral, fue añadiendo segundos a su ventaja vuelta a vuelta y llegó a doblar a todos los pilotos salvo sus compañeros en el 'cajón' antes de regalar un triunfo a su público, que no veían una victoria de un piloto inglés desde la victoria de Jhonny Herbert en 1995.

   Los neumáticos de lluvia extrema que montó el brasileño Barrichello fueron su mejor aliado para superar a Jarno Trulli, que rozó por momentos el podio que consiguió en el pasado Gran Premio de Francia, y para meterse de nuevo en el podio tres años después de su último podio en el Gran Premio de Estados Unidos de 2005.

   Por detrás, un nuevo error de Kovalainen cuando restaban 10 vueltas lo aprovechó Alonso para escalar hasta una cuarta posición que no pudo mantener hasta el final ya que el degradado de sus neumáticos impidió que plantase cara primero a Raikkoken y después a Kovalainen, que fueron cuarto y quinto respectivamente.

   Por su parte, el líder del Mundial, el brasileño Felipe Massa (Ferrari), vivió un Gran Premio para olvidar en el que sufrió varios trompos y en el que, al igual que en la clasificación en la que terminó noveno, no encontró las buenas sensaciones de su monoplaza y se fue hasta el puesto decimotercero, el último de los pilotos que acabaron la carrera.
 

Etiquetas:F1