La Biblia - Lectio Divina ( II ): su antigua lucha por vivir
Daniel Ponce Alegre. La Biblia es más que sólo un libro.
Es una hermosa y preciosa biblioteca compuesta por 66 libros que contienen ley, profecía, historia, poesía, consejo y mucho más.
Siglos antes del nacimiento de Jesucristo nuestro Señor, judíos fieles escribieron, principalmente en hebreo, y algo en arameo y acadio, los primeros 39 libros conocidos como Antiguo Testamento o Antigua Alianza, siendo denominación ésta más exacta pues implica el Pacto que Dios Padre, Jahvé, hizo con la humanidad mediante su Pueblo Elegido, Israel, y a través del Linaje que saldría de él, el Mesías o Ungido.
Los últimos 27 libros, el Nuevo Testamento o Nueva Alianza, ahora por fin, mediante el Retoño, el Linaje y el Cristo, Jesús, fueron escritos en griego por cristianos del siglo I.
La colección completa fue escrita en un periodo de 1600 años, desde cuando Egipto era una potencia dominante hasta cuando Roma controlaba el mundo.
Más de 3000 años atrás, cuando empezó a escribirse la Biblia, es decir hacia el año 1500 a.C., Israel era simplemente una nación pequeña de Oriente Medio. Jahvé era su Dios, mientras que las naciones circundantes tenían una variedad confusa de dioses y diosas.
En aquel tiempo, otras naciones también estaban escribiendo literatura que reflejaba sus creencias religiosas y valores nacionales, como por ejemplo la leyenda de Gilgamés de Mesopotamia; las epopeyas de Ras-Shamra, escritas en ugarítico, un idioma que se hablaba en lo que ahora es el norte de Siria; Las Amonestaciones de Ipuwer y La profecía de Nefer-rohu, en egipcio; himnos a diferentes divinidades en sumerio y obras proféticas en acadio.
Sin embargo, a todas aquellas obras del Oriente Medio les pasó lo mismo. Fueron olvidadas, y hasta los idiomas en que fueron escritas dejaron de existir. Sólo en años recientes se han enterado arqueólogos y filólogos de la existencia de aquellas obras y han descubierto cómo leerlas.
Por otra parte, los primeros libros escritos de la Biblia hebrea, el Pentateuco o Ley de Moisés, han sobrevivido hasta nuestros tiempos y todavía se leen extensamente.
En ocasiones, ciertos " eruditos " han afirmado que de algún modo los libros bíblicos hebreos se derivan de aquella literatura, no sólo en su aspecto filológico sino en su teología, con muchos de ellos me he encontrado a lo largo de mi vida.
Sin embargo, la supervivencia de la Biblia hebrea, en contraste con tanta de aquella literatura que pasó al olvido y que ha quedado como conocimiento reservado a historiadores, filólogos y antropólogos de las religiones, la marca y determina que la Biblia es significativamente diferente.
En un próximo artículo, Dios mediante, mostraré cómo se produjo este proceso de supervivencia continuo a lo largo de la historia.