José Luis Orella

El Partido Socialista (PS) del primer ministro, António Costa, ha ganado las elecciones legislativas de Portugal con el 41,68% de los y 117 escaños de una Cámara de 230, incrementando en 9 su techo. Su gobierno apoyado en las formaciones de izquierda radical sirvió de ejemplo a Pedro Sánchez, por parte de un entusiasmado Pablo Iglesias. Sin embargo, ha sido el voto socialista ha obtenido la mayoría absoluta parlamentaria gracias al hundimiento de la izquierda radical. El Partido Comunista Portugués de Jerónimo de Sousa, fiel a la línea dura estaliniana, ha reducido su fuerza a la mitad, a 6 escaños, un 4,39 %, cuando mantenía un importante 10 % de apoyo social. Su rival y partido hermano de Podemos en España, el Bloco de Esquerda de Catarina Martins, principal incentivador de la ideología de género, grupos lgtb e inmigrantes, ha visto perder 14 escaños, y reducirse a 5 su fuerza parlamentaria y su msa social reducida a un 4,4 %. Otro perjudicado fue el animalista Pessoas-Animais-Natureza (PAN) de Inés Sousa, que ha perdido 3 de sus 4 diputados, y casi vuelve a convertirse en una fuerza extraparlamentaria.

En el campo de la derecha, el liderazgo de Rui Bio en el PSD, por el contrario, no ha conseguido ilusionar y agrupar a los sectores de la derecha, después de derrotar al líder parlamentario Luís Montenegro, quien en el 2020 parecía dar una imagen más novedosa. La campaña de Rui Bio no ha conseguido reunir a las familias de la derecha, perdiendo 3 escaños, aunque ha mantenido 76. El histórico democristiano CDS-PP con la imagen remozada de un nuevo líder Francisco Rodrigues dos Santos, no ha conseguido separar su imagen de un PSD que ha absorbido sus siglas, pero ha causado la fuga de su electorado más conservador a un partido más fiable a sus principios. El CDS-PP ha desaparecido con sus 5 diputados, después de un progresivo deterioro por sus coaliciones constantes con el PSD, del cual se diferenciaba cada vez menos en ideas, pero en contra de la opinión de sus electores. A su vez dos nuevos partidos de derecha han encontrado el campo abierto ante la falta de nuevo liderazgo del PSD. Iniciativa liberal de João Cotrim de Figueiredo, quien ha pasado de 1 a 8 escaños, llegando casi al 5 %, representando la novedad de una imagen liberal que siempre había llevado a gala el PSD. En cambio, por el derechista, Chega de André Ventura, que había conseguido un solitario escaño, en las anteriores elecciones, y cuya relación política con el grupo Identidad y Democracia de Marine Le Pen, le supuso profundos ataques de los medios de prensa, ha conseguido ser el principal benefactor del antiguo voto conservador del CDS-PP, subiendo de 1 a 12, llegando a un 7,15 %, y convirtiéndose en uno de los actores referentes con IL para otorgar mayorías al PSD en los ámbitos municipales.

No cabe duda que las elecciones portuguesas tendrán interesantes análisis para Pedro Sánchez y Pablo Casado, y para el futuro de las formaciones menores como Podemos y Vox.