José Luis Orella
La empresa GMS (Gesellschaft für Markt- und Sozialforschung) ha realizado una prospección electoral que ha dado a la formación de derecha Alianza por Alemania (AfD) una intención de voto de un 19 %, superando a la actual formación gubernamental, el Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Olaf Scholz, que se mantiene con un 18 %; mientras la CDU-CSU democristiana, con un 29 %, se pondría en cabeza; el resto de las fuerzas políticas serían los verdes, que con un 15 % aglutinan gran parte del voto a la izquierda del SPD; liberales del FDP que ven su apoyo reducirse al 7 % y Die Linke, la formación postcomunista, que bajaría a un 4 %, quedándose fuera del parlamento. El auge de la AfD, se debe principalmente a la petición de una mayor política de seguridad fronteriza, por el fuerte aumento de la inseguridad callejera, y a la fuerte dependencia energética que afecta a su economía, después de prescindir de los recursos energéticos rusos y clausurar sus centrales nucleares, por cuestión de la guerra de Ucrania. La apelación a las energías renovables, que, por sus características, no son rentables ni proporcionan la abundancia de energía necesaria para una economía considerada el motor de Europa, ha fomentado un fuerte movimiento de oposición entre los sectores más débiles de la población que han visto su imposibilidad de pagar la factura de la luz. A su vez, el DIMR (Instituto Alemán de Derechos Humanos), organismo financiado con cargo al presupuesto de la Cámara de Diputados, considera que el modo de evitar el auge de la AfD sería una posible prohibición de la formación derechista, elevando las simpatías por la formación populista.  
La AfD ha sobrepasado los 30.820 miembros y su dirigente de Turingia, Björn Höcke, representante de su ala más nacionalista, es considerado uno de sus dirigentes más populares por su defensa del soberanismo frente al globalismo imperante.
Las fuerzas mayoritarias como el SPD y la CDU han ido contrayéndose de forma progresiva en cada elección, favoreciendo el papel protagonista de nuevas formaciones como los verdes, en el gobierno actual, y los alternativos, con su discurso patriótico. Con este panorama ¿Cuál es el perfil del votante de AfD?, en primer lugar, es preferentemente masculino, al reunir al 25% de los hombres y al 16% de las mujeres. En cuanto a la edad, la mitad de su voto corresponde a gente entre los 35 y los 59 años, teniendo menos del 15% entre los jóvenes entre los 18 y los 24 años, y los mayores de 70 años. En cuanto a grupo laboral, el 33% son obreros, el 29% parados, el 27% autónomos, el 19 % jubilados y el 17 % empleados. Como sucede con otras fuerzas similares, son los obreros, parados y autónomos, como principales víctimas de las reformas económicas liberales, los que están luchando por un cambio político que les devuelva el estado de bienestar que sus mayores construyeron después de la Segunda Guerra Mundial.
Como principal receptor político de una política antisocial, la AfD es transversal a la CDU, SPD, FDP o los propios Verdes, alimentándose de un voto con un origen político muy variado. Su electorado proviene en su mayor parte de una fuga progresiva de los dos partidos tradicionales CDU y SPD, pero también del FDP, de donde provenían los miembros fundadores de la AfD, y en la actualidad de la propia formación Di Linke, convirtiéndose en estos momentos AfD en la primera formación de los landers del Este y en la segunda opción de los alemanes meridionales de Baviera y Baden-Wurtemberg. La defensa de mantener los subsidios sociales a los alemanes orientales, antes que, a los millones de refugiados islámicos recién instalados en Alemania, ha supuesto la llegada de un importante voto de izquierda.  abandonado por sus partidos.  La defensa de la” cultura” woke por la izquierda alemana propicia el incremento de los verdes, pero la desaparición progresiva de la vieja izquierda vinculada al mundo obrero industrial.