MEMORIA, DIGNIDAD Y JUSTICIA
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Rafael Nieto,
director de Sencillamente Radio, en Radio Inter
Lo peor con diferencia de la democracia española no es que se cometan delitos terribles, ni que haya una corrupción galopante, ni que la degeneración moral no conozca límites. Lo peor es que nos han acostumbrado a ello. Y ya casi ningún español emite algo distinto a un bostezo cuando asiste a cualquier aberración, tal es el grado de confusión entre lo bueno y lo malo, lo justo o lo injusto, lo verdadero o lo falso.
Quizá por eso, cuando se pita al himno nacional en un estadio con miles de personas dentro, ya no apetece ni indignarse. Porque ya ha pasado varias veces, y porque sabemos que seguirá pasando en el futuro, sin que haya consecuencias. Nos han acotumbrado a la frustración de tener que conformarnos con meter una papeleta en una urna cada cuatro años, y el resto del tiempo, a callar y a tragar. Y a esta mala broma le llaman pomposamente "democracia" sus palmeros y promotores.
La pasada semana se celebró el juicio contra ocho proetarras que apalizaron brutalmente a dos guardias civiles y sus novias, hace dos años en Alsasua. No los mataron de milagro. Desde aquellos hechos, los matones han recibido el afecto y la protección de políticos, dirigentes y mandatarios alineados con ETA y su macabra historia de sangre inocente. Las víctimas, en cambio, sufren depresión, han tenido que marcharse de su tierra, que ya no reconocen como suya, y se preparan para que el Sistema dé a los terroristas una sentencia benefactora y suave, alguna multita de poca monta que luego pagará alguno de los partidos proetarras presentes en los parlamentos. Esto también nos lo sabemos ya.
Y sin duda consciente de que las cosas son así ahora mismo en España, la banda mafiosa de extrema izquierda ETA emitía el viernes un comunicado en su estilo de siempre, manipulador y mentiroso. Perdonando con la boca pequeña sólo a algunos de los españoles que mató, aquellos que según los asesinos no tenían que ver con el "conflicto", y por tanto afirmando que el resto de sus crímenes, los policías, guardias civiles, políticos, funcionarios ó aquel presidente del Gobierno fascista que mataron en 1973, todos ellos estaban bien asesinados porque eran enemigos de Vascongadas. Exhibiendo la misma desvergüenza con que se mueven todos los delincuentes y terroristas españoles de las últimas cuatro décadas. Con desprecio absoluto a sus víctimas.
Al contrario de lo que pregonan los politicastros del Sistema, ETA ha vencido, porque lejos de ser desarticulada, sus miembros encarcelados, su arsenal incautado y sus víctimas resarcidas en parte del daño recibido, ha sido amnistiada y blanqueada en la práctica por los compadreos de los partidos políticos. Algunos de sus cabecillas huyeron y nadie les persiguió, como a Puigdemont. Otros, asientan sus posaderas en las "sedes de la soberanía", en Navarra, en Vascongadas o en Madrid, cobrando de nuestros impuestos. Y los que están presos, se preparan para salir pronto, gracias al comunicado etarra de ayer y al paripé del 4 de mayo en Bayona. Porque la muy democrática sociedad española ya es lo bastante madura como para entender y aceptar los trágalas de los asesinos.
Nosotros defendemos una vez más la verdad, y exigimos memoria, dignidad y justicia. No aceptamos el más mínimo compadreo mientras hay más de 300 asesinatos etarras sin resolver, y cientos de familias destrozadas por el dolor. El "relato" que el Sistema partitocrático pretende endiñarnos, sin vencedores ni vencidos, y con esta paz nauseabunda basada en el silencio cómplice, se la pueden meter los políticos por donde les quepa.