Redacción Madrid. 27 de marzo. "Al presidente de Perú, Alan García, tal vez la mucha gordura le está afectando y no está bien informado. Bolivia nunca va a renunciar al retorno soberano al mar". Con estas palabras, el presidente de Bolivia, Evo Morales, elevó la tensión entre Bolivia y Perú en torno a las aguas del Océano Pacífico.
El presidente peruano había declarado que "hace rato Bolivia renunció a la salida al mar. Tengo esa impresión porque no se ha vuelto a tratar eso firme y claramente con Chile".
Esas palabras irritaron al gobierno boliviano. Morales acusó a García de usar políticamente la demanda que Perú planteó contra Chile ante la Corte de La Haya por los límites marítimos con el único propósito de mejorar su imagen interna.
"Me doy cuenta de que los legítimos derechos del pueblo peruano están siendo usados políticamente. ¿No será que ese legítimo derecho del pueblo peruano está siendo utilizado con esta demanda para que el presidente pueda recuperar su imagen bajo cálculos políticos?", se preguntó Morales en un discurso pronunciado en Cochabamba.
"La prensa registra que algunos presidentes como el de Perú ya no tienen aceptación de su pueblo", dijo Morales refiriéndose a García.
"Son declaraciones poco serias, declaraciones poco responsables y poco respetuosas", dijo el jefe de la diplomacia boliviana, quien agregó que enviará a Perú una nota diplomática de protesta y una Constitución de regalo, para que García "pueda informarse cuál es nuestra posición respecto al tema marítimo".
En su artículo 267, la Constitución boliviana promulgada en febrero pasado dice: "El Estado Boliviano declara su derecho irrenunciable e imprescriptible sobre el territorio que le dé acceso al Océano Pacífico y a su espacio marítimo".
Bolivia perdió su costa sobre el Océano Pacífico en la guerra librada con Chile hace 130 años.
DIALOGO SECRETO
El gobierno boliviano dialoga con el chileno sobre una agenda de 13 puntos que incluye la demanda marítima, sin embargo, en más de tres años de gestión, ni Morales ni la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, informaron sobre los avances logrados en esta materia.
Morales asegura que se avanzó más que nunca, "pero dijimos que esta no es una negociación pública". Eso hace suponer a la oposición boliviana que, en vez de avanzar, se está retrocediendo en la demanda marítima, porque en anteriores gobiernos, al menos esta reivindicación era planteada en los foros internacionales. Morales dejó esa estrategia y se abocó al diálogo bilateral.
Con ese telón de fondo, Perú demandó a Chile ante La Haya por el diferendo de los límites marítimos.
Al respecto, el presidente Morales dijo que la demanda de Perú es uno de los obstáculos a la aspiración marítima de Bolivia, aunque, según su versión, hay otras alternativas para volver al Pacífico.
Esta declaración cayó mal en Lima, donde Alan García interpretó las palabras de Morales como "un deseo de participar en una discusión de dos, en donde no han sido invitados".
A diferencia de Morales, los opositores bolivianos, creen que si Perú le gana a Chile en La Haya, Bolivia perderá la única opción de volver al Pacífico porque las aguas en disputa están al norte de Chile, justo en el mismo lugar donde Bolivia aspira sentar soberanía.
CANDADO AL CANDADO
Jorge Quiroga, jefe de la oposición política, cree que "sería como ponerle un candado al candado" porque, en el marco de un tratado de 1929, Bolivia y Chile si llegaran a resolver el diferendo marítimo por el norte de Chile, están en la obligación de consultar con Perú porque esos territorios antes de la guerra del Pacífico eran de Perú.
Y, ahora se suma la demanda ante La Haya en torno a las aguas del norte chileno, lo que pone a Bolivia en una situación más complicada.
En todo caso, Quiroga le recuerda a Morales que "Chile nos usurpó el mar, el presidente parece que cree que insultando a Perú va a avanzar, necesitamos de la buena voluntad de Perú".
Sin embargo, Morales está irritado con Perú, mientras que con Chile mantiene la cordialidad.
El mandatario comentó que él, a diferencia de Alan García, no necesita "jugar con los sentimientos del pueblo" para recibir la aprobación de la gente.