Ni tan buenos, ni tan malos
Javier Garcia Isac. Tenemos gran facilidad para generar héroes y mitos. Casi tanta como para destruirlos.
Nos gusta poner a alguien de moda, copiando su manera de vestir, de vivir, hasta su peinado. El caso de Rodrigo Rato, no es un caso aislado.
En la reciente historia española, antes que él, tuvimos a Jose Maria Ruiz Mateos, a Mario Conde y a tantos otros. Pasamos de la admiración al odio sin apenas darnos cuenta. Los mismos medios de comunicación que un día ensalzan y nos los ponen como modelos de éxito, otro día los demonizan y ridiculizan de manera inmisericorde.
Posiblemente, nunca fueron tan buenos, ni ahora tan malos.
El caso Rato es merecedor de profundo estudio. Sus compañeros de viaje, los que le ensalzaban y se vanagloriaban de su amistad, ahora reniegan de su persona. Todos destruyendo fotos, e intentando borrar de las hemerotecas toda relación o articulo halagador hacia el que un día fue el admirado vicepresidente económico del Gobierno de España, al que muchos catalogaron como el “artífice de la recuperación” y, del “milagro español”. Me gusta ver las comparativas del antes y del después y la conclusión, es clara y rotunda. En este país existe mucho “tonto de manual”, “tonto de libro”, mucho analfabeto funcional.
La tontería al igual que la culpabilidad, puede darse por acción o por omisión: por acción, cuando eres un tonto activo. Todos tus actos están bañados de una patina de tontería e idiotez que hace que hasta tus familiares y circulo mas cercano, se apiaden de ti, y ya se sabe que no existe cosa mas infame y cruel, que el dar pena. Yo prefiero que me tengan envidia. Pero la tontería también puede darse por omisión: en este apartado se incluyen muchos sujetos que ahora dicen sentirse decepcionados por el caso Rato. Dicen desconocer todo lo referente a Rodrigo…que jamás, se lo hubieran imaginado!!. No sé si es que se hacen los tontos, o es que en verdad son así de tontos.
El “fuego amigo” al que ha sido sometido Rodrigo Rato, puede costarle muy caro al Partido Popular. Se busca un chivo propiciatorio para juntar en un solo personaje, la corrupción que asola al partido. El error de cálculo es que, el sujeto elegido, es el mismo al que ellos pusieron en los altares, el ejemplo, el modelo de gestión y transparencia, el súper ministro al que muchos veían como el sucesor de Aznar y son estos individuos, los que ahora dicen desconocer todas las supuestas actividades o hechos cometidos por Rato.
El español por lo general, es un ser enigmático, lo soporta casi todo: terrorismo, liberación de criminales, tergiversación de la historia, puesta en duda de la soberanía y de la unidad territorial, aborto…pero si algo lleva mal muy por encima del resto de cuestiones, es que le roben, es que le metan la mano en el bolsillo. Eso, y la corrupción. Puedes acusar a alguien de ser un criminal o asesino y eso, dependiendo de la motivación que alegues, puede ser entendido por algunos, e incluso algún que otro gobierno autonómico o partido político, puede pedir tu liberación. Si el delito cometido tiene que ver con dinero, la cosa cambia. Aquí no existe el indulto. Debes cumplir íntegramente la condena y ser sometido a escarnio público y pena de telediario.
Si queremos hundir a alguien, no lo llamemos asesino, llamémoslo ladrón. No deja de llamarme la atención lo contradictorio que puede llegar a ser el pueblo español.