Occidente está ante una oportunida única en la lucha infatigable contra el wokismo más extremo, la foma más clara en la que se presenta la actual masoneria que pretende la liquidación de la sociedad clásica basada en principios cristianos.
Esa oportunidad única se llama Donald Trump y su regreso a la Casa Blanca.
El nuevo presidente va a ejercer una política antiwoke sin lugar a dudas y demostrará que sí se puede tomar medidas drásticas. Que la política del sentido común puede volver a la sociedad sin ningún problema. Por mucho que vayan a ladrar unos cuántos. Y su ejemplo será una puerta abierta para los partidos europeos que se identifiquen con sus políticas. Si EEUU ha podido, ellos también.
Hay mucho trabajo por hacer.