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Diario YA


 

Sánchez inicia el curso político sin apoyos parlamentarios para aprobar presupuestos, con rebelión interna por el cupo catalán y con el estallido del problema migratorio. ¡Menudo combo!

Otoño caliente

Luis Losada Pescador

Se puede vivir peligrosamente o hacerse un Pedro Sánchez, que es lo mismo pero a la enésima potencia. Habrá quien piense que el ‘cambiacolchones’ es muy valiente. Otros, que es un ejemplo de resiliencia. La realidad es que Sánchez se aferra al sillón porque fuera de la Moncloa no sólo hace mucho frío sino que le espera un horizonte penal muy negro.

Eso explica la inflación de problemas que tendrá que afrontar en lo que queda de año. En primer lugar, la ausencia de mayoría parlamentaria para aprobar presupuestos. Aún así, cumplirá el procedimiento y obligará a Junts y ERC a retrararse. Agua. Será una prórroga de la prórroga. El mismo que cuando Rajoy tuvo que prorrogar le afeó que siguiera amarrado a la presidencia.

En realidad no es que Sánchez no pueda aprobar presupuestos; es que no puede aprobar nada porque necesita el consenso de todos sin que haya una sóla ausencia. Y engañar a todos, todo el tiempo es muy difícil hasta para Sánchez…

El cupo catalán pactado con ERC no termina de satisfacer a los de Junts; no por el contenido, sino porque no son ellos los que se pueden colgar la medalla. Pero es que luego están los socios. Y Compromís, coaligado en Sumar, ya advierte que si hay cupo catalán, debería haber una compensación para Valencia.

Súmale la ‘guerra civil’ en el PSOE a cuenta del cupo catalán rebautizado como “financiación singular” para tratar de calmar los ánimos. Vano intento. No sólo Page que como todo perro ladrador es poco mordedor. Es Lamban, que ya ha protagonizado un sonoro portazo aragonés al agravio catalán. La amnistía hizo temblar los cimientos de las casas del pueblo, pero el cupo catalán supone un verdadero terremoto para la familia socialista.

Y por si fuera poco, la crisis migratoria; España incrementa la llegada de pateras y cayucos mientras que en Italia se ha reducido sustancialmente. Y es que mientras Meloni anuncia repatriaciones inmediatas, Sánchez promete 250.000 puestos de trabajo en un país de más de 3 millones de parados. ¿Efecto llamada? Peor.

Eso sí, algo debió de pasar para que en 24 horas el ‘cambiacolchones’ decidiera cambiar también de opinión y verbalizar lo que Vox lleva años diciendo: las deportaciones inmediatas envían una señal desincentivadora potente a las mafias que trafican con seres humanos.

¡Menudo combo para este otoño!

El anzuelo del pescador

Ábalos. Y por si fuéramos pocos, Ábalos se rebela. La auditoría de Puente sobre su gestión ha levantado alfombras. Y Ábalos tiene muchas mantas de las que tirar. “Estaís demasiado confiados en mi lealtad”. El fuego amigo es el más doloroso.

Caso Begoña. Y por si fuera poco, seguirá la investigación sobre el caso Begoña y la posible complicidad de su “marido enamorado”. La Justicia es lenta pero inexorable.

Combatir el odio. Es el nuevo eufemismo para limitar la libertad de expresión. El insulto, el agravio, la ofensa y la agresión, ya están tipificadas. Tipificar el odio es tan vaporoso que sólo puede conducir a la arbitrariedad. Y de ahí, al autoritarismo.

Etiquetas:Luis LosadaPedro Sánchez