Otro día del trabajo, pero sin trabajo
Javier Garcia Isac. Conmemoramos otro primero de Mayo. Otro día del trabajo, pero sin trabajo. Tenemos casi seis millones de parados, que por mucho que maquillemos las estadísticas, seguimos a la cola de los países europeos. Tenemos una izquierda y unos sindicaros de clase que no asumen su cuota de responsabilidad, su cuota de culpa, como si la situación actual no fuera con ellos, como si nos hubiera caído del cielo como una mala tormenta de verano. Nada más lejos de la realidad. Ellos son culpables, tanto o mas, como el actual Gobierno que hace seguidismo de las políticas del malo Zapatero. Comisiones Obreras y U.G.T. no están legitimadas para protestar. No están legitimados para montar la habitual romería del primero de Mayo. Ellos no son la solución, son parte del problema. Son sindicatos corruptos. Sindicatos que viven a costa de los parados y de las ayudas estatales inmerecidas. La corrupción, el descredito, la manipulación y el chantaje son sus señas de identidad. Seguimos esperando un acto de contrición, un leve arrepentimiento, un sencillo “me equivoqué”. Su prepotencia les impide reconocer errores y enmendar situaciones. Se aprovechan de la ignorancia de unos y de la cobardía de los otros, pero ni un euro mas puede ir a parar a manos de estos vividores, a manos de estos golfos que con el consentimiento y comprensión de la izquierda en general, se quedan el dinero destinado a formación de parados para gastárselo en grandes comilonas, en festines y en putas. Esta es la izquierda y los sindicatos que tenemos. Su mal hacer y su mala gestión, nos conducen a la situación actual pero luego no tienen ningún reparo en organizar protestas, verbenas o festivales, como si nada de lo sucedido fuera responsabilidad de ellos. Ya está bien: alguien debería decirles que se acabo su particular fiesta. Que se acabo la manipulación y el chantaje al que nos tienen sometidos desde hace ya demasiados años. Estos sindicatos corruptos deben pagar lo que gastan, y deben rendir cuentas de lo robado. No vale con la detención de uno, dos o tres dirigentes de medio pelo. La corrupción esta institucionalizada dentro del propio organigrama de estos sindicatos. ¿Cómo pueden organizar concentraciones conmemorando el Día del Trabajo los mismos que han provocado que éste se pierda?; ¿Cómo puede alguien en su sano juicio acudir a estas marchas convocadas por golfos, vividores y sindicatos ladrones? Todo esto resulta inmoral e impresentable. Estamos inmersos en una gran comedia donde nosotros solo somos figurantes y donde sindicatos y partidos políticos se reparten los papeles protagonistas y la dirección. El guión de la comedia ya está escrito y el absurdo final nos dice que nada de esto cambiara si no tenemos nosotros voluntad de hacerlo. Nadie lo hará por nosotros. Todo lo contrario, desean que cumplamos con el papel asignado, el papel de borrego, el papel de cordero, solo útil cada cuatro años, cuando se acerca el momento de votar. Ahora llega ese momento: ¿tú que vas a hacer?, ¿asumir el papel de borrego para que nada cambie?, o ¿salirte de la fila y dar el puñetazo en la mesa? Javier Garcia Isac Una Hora en Libertad