Pepiño, en Fomento; Salgado, en Economía... ¿se puede hacer peor?
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Redacción Madrid.
Rodríguez Zapatero no ha dudado en poner cerca a sus más allegados, a los que le acompañaron en sus inicios y se han caracterizado siempre por su fidelidad absoluta al líder socialista. Lo de menos es cómo van a gestionar esas personas los recursos públicos, y qué harán para mejorar la vida de los españoles. Blanco en Fomento, Salgado en Economía, Gabilondo (Ángel, no Iñaki) en Educación, González Sinde en Cultura y Chaves en Cooperación Territorial (un bonito eufemismo autonomista) son las novedades, a las que hay que sumar las nuevas vicepresidencias de Salgado y Chaves.
Blanco dejará de lanzar improperios contra la oposición desde Ferraz para hacerlo ya como ministro del Gobierno, en el maltrecho ministerio por el que ha pasado, cual Atila, Maleni Álvarez. Es, sin duda, un reconocimiento a tantos desvelos por el socialismo patrio, y un regalo para agradecer una fidelidad casi conyugal hacia el jefe.
Elena Salgado, inédita en asuntos económicos, se hace cargo de la economía del país en uno de sus momentos más críticos, en medio de una crisis mundial y con expectativas más que negras para el futuro. El resultado sólo puede ser nefasto. Pero parece que a Zapatero sólo le preocupaba quitarse el muerto de Solbes como fuera, y de paso dar tranquilidad (más) a un señor que ya dijo en rueda de prensa desear un retiro de la política, a ser posible bien remunerado. Dicho y hecho. Salgado será, pues, ministra de economía y vicepresidenta segunda, sólo por detrás de De la Vega.
Manuel Chaves, también nuevo vicepresidente (el tercero), será ministro de Cooperación Territorial, un eufemismo de claro tinte autonomista con el que Zapatero hará su verdadera política nacional, afirmando su proyecto de "simpatía" hacia el separatismo militante. A partir de ahora, Andalucía tendrá dos semanas para elegir a un nuevo presidente de la Junta.
Ángel Gabilondo, hermano del célebre locutor, rector de la Universidad Autónoma y persona de indisimuladas ideas progresistas pasará a ser ministro de Educación, en sustitución de la polémica Mercedes Cabrera, que se va después de aprobar EpC, la asignatura promasónica de adoctrinamiento moral. En este caso, como en el anterior, el sectarismo está prácticamente garantizado.
De Ángeles González Sinde, nueva responsable de Cultura en sustitución de un efímero y gris César Antonio Molina, sólo ha trascendido su apología de los intercambios p2p, así como los buenos ojos con que la ve la SGAE, un dato que no sabemos muy bien si interpretar como positivo.
Trinidad Jiménez, que ha pasado en pocos meses de liderar a los socialistas madrileños, a ser persona de confianza de Moratinos en Exteriores, será la nueva titular de Sanidad y Políticas Sociales.
En resumen, se trata de una crisis de Gobierno que afianza el liderazgo personal de Rodríguez Zapatero, quien ha construido en torno a sí un núcleo duro que le proteja aún más de las críticas, cada vez mayores, de los colectivos sociales a los que más ha soliviantado en los últimos cinco años.