Por primera vez en tres siglos el jefe de la diplomacia de España visitó Gibraltar
Redacción. Nunca antes había sucedido nada igual. Miguel Angel Moratinos, el Ministro de Asuntos Exteriores, visita Gibraltar. Es la primera vez en la historia, en más de trescientos años, que algo así sucede, con el peligro de introducir en la mesa de negociación a un tercer invitado, el propio gobierno de Gibraltar.
Las reivindicaciones españolas han sido apoyadas por Naciones Unidas, cuya Asamblea General ha aprobado seis resoluciones (1965, 1966, 1967, 1968, 1973 y 1974) en las que pide el fin de la colonia e invita a las partes España y Reino Unido) a negociar la resolución del asunto.
Sin embargo tanto España como Gibraltar quieren dar apariencia de normalidad a un viaje histórico porque nunca antes un ministro español puso el pie en El Peñón. Quien lo hará es Miguel Angel Moratinos para participar el III Foro Tripartito de Diálogo junto a su homólogo británico, David Milliband, y el ministro principal gibraltareño, Peter Caruana, un viaje que, en palabras de este último, es un "paso constructivo" y de "normalización" del contencioso y que tiene lugar tras el celebrado en Córdoba en 2006 y el de Londres del año pasado.
La reunión de este instrumento de diálogo creado por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero nada más llegar al poder, en 2004, y que trata en términos de igualdad a las autoridades gibraltareñas concluirá con una serie de acuerdos sobre cooperación medioambiental y marítima, política de los servicios financieros , cooperación judicial, policial y aduanera, visados y educación. Pero a la espera de conocer la trascendencia de los documentos, la presencia de Moratinos en el Peñón culmina cinco años de diálogo y cooperación, no exentos de problemas, como el accidente del buque chatarrero "New Flame" en 2007 o conflictos de competencias sobre la actuación de las fuerzas de seguridad o de salvamento marítimo en las aguas que rodean el Peñón.
Este último punto fue el principal escollo que tuvo que salvarse para poder celebrar la reunión de mañana ya que Gibraltar estaba molesto porque España había registrado como suyas esas aguas por interés medioambiental ante la UE y hace solo unos días quiso mostrar este malestar pidiendo a su ciudadanía que alertaran de la presencia de las barcas de la Guardia Civil y no acataran sus órdenes.
Precisamente por eso, el PP pidió a Moratinos que anulara la visita hasta que no cesaran "las amenazas y los insultos que se están produciendo". Como explicó Gustavo de Arístegui, el problema no es la visita en sí sino el momento elegido, tras una actitud "hostil" por parte de Gibraltar. "Es un paso en el deshielo para el que no se han producido suficientes méritos, no es el momento oportuno", indicó.
No obstante, Arístegui, que recordó que el PP siempre se ha opuesto al formato del Foro, señaló que el ministro le ha dado "garantías" de que no se abordará el tema de la soberanía en la reunión, que España reivindicará su jurisdicción sobre esas aguas y que finalizará toda "actividad ilegal" en la Bahía de Algeciras, como que patrulle la policía gibraltareña.
De momento, no ha trascendido cómo se ha solucionado el desencuentro. Exteriores solo dijo que habían "sido resueltas todas las cuestiones relevantes" pero según publica hoy el 'Gibraltar Chronicle', Caruana asegura que el texto del acuerdo "neutraliza cualquier posibilidad que España haya ganado en relación a la soberanía, jurisdicción o control" de las aguas en disputa.
LA SOBERANIA, EL TEMA AUSENTE
Antes del Foro, Moratinos se reune con la mancomunidad de municipios del Campo de Gibraltar, que reclaman más atención para esta zona, un encuentro en el que además de los alcaldes de los siete pueblos afectados, estará presente, entre otros, el consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía, Luis Pizarro.
Y tras la histórica cita, el ministro se trasladará a Jerez de la Frontera junto a Miliband para mantener una reunión bilateral y una cena centradas, según informaron fuentes oficiales, en la presidencia española de la UE y donde no está previsto que se hable de la cuestión de la soberanía, el gran tema ausente desde que el Gobierno socialista optó atender primero las necesidades de la gente de la zona.
De hecho, la última vez que se abordó -al menos públicamente- fue durante el gobierno de José María Aznar y el de Tony Blair quienes en 2001 fueron muy optimistas con cerrar un acuerdo el año siguiente. Pero este nunca llegó y la propuesta de una soberanía compartida que Londres había puesto sobre la mesa, no fue aceptada.
En la última mitad de la presidencia de Aznar, las relaciones se tensaron y por eso Zapatero optó por dejar el tema en un segundo plano y centrarse en avances concretos. Esta labor tampoco fue fácil pero tras 20 meses de trabajo, en septiembre de 2006 se cerraron los acuerdos de Córdoba, lo más importantes hasta ahora y que supusieron el uso conjunto del aeropuerto -el primer vuelo de Madrid al Peñón tuvo lugar el 16 de diciembre de ese año-; el pago de las pensiones atrasadas a los casi 6.000 españoles que trabajaron en Gibraltar; y la mejora de las líneas telefónicas del Peñón utilizando el prefijo 350 y para que funcionaran los móviles. Además, España se comprometió a agilizar el cruce de la Verja y a crear un Instituto Cervantes en territorio gibraltareño mientras que el gobierno gibraltareño se ocuparía de construir una nueva terminal para el aeropuerto con acceso desde territorio español.
Estos acuerdos fueron los primeros que aspiraban a mejorar la calidad de vida de los 30.000 habitantes del Peñón y de sus vecinos del Campo de Gibraltar y consiguieron cambiar el tono de las relaciones hispano-británicas para crear, como las autoridades de ambos países reconocieron, un "clima de confianza" para seguir avanzando en temas concretos.
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