Carlos Pascual. 1964 fue el año en el que se presento el primer Fiat Abarth 695 en Ginebra. Contaba con una potencia máxima de 30cv proporcionados por un motor de 699,5 cc de cilindrada, su  velocidad punta de 130 Km/h .

La marca del Escorpión, cincuenta años después, presenta el nuevo Abarth 695 con un peso de 997kg y 190 CV lo que le dota de la mejor aceleración del segmento debido a su relación pe/potencia.

 Hoy el Abarth 695 biposto continúa con la filosofía propia de Carlo Abarth “El domingo en el circuito y el lunes en la oficina”, el vehículo desarrolla el concepto que mini hiciera suyo con el JCW GP en el grupo de los tracción delantera y el BMW M3 GTR o CLS para los coupés, prolongando y sofiscicando el coche para track day y permitiendo de este modo que el vehículo sea utíl para algo más que divertirse en el circuito, la pista en la calle.

El Abarth ‘695 biposto’ es sin lugar a dudas un coche especial para aquellos que quieren más, y que quieren saber qué se siente conduciendo un vehículo de competición, aunque también exige al conductor un pequeño toque de piloto y tras bajarse le deje una pícara sonrisa, un coche que para resaltar las prestaciones no tiene miedo de renunciar a algunos compromisos típicos de los coches de carretera: como los cristales fijos con pequeñas ventanas de policarbonato que recuerdan mucho a las que se utilizan en los vehículos de competición.

Sólo 997 kg de peso y el motor 1.4 T-jet, potenciado a 190 CV en un coche de carretera, con intercooler frontal, sistema de escape Akrapovic, amortiguadores regulables Extreme Shox, registrador de datos digital MXL, los asientos Abarth Corsa by Sabelt con arnés de 4 puntos, sistema de frenos Brembo, las llantas aligeradas OZ y  barra antivuelco trasera de titanio de Poggipolini. Equipamiento que nos recuerda al de otros fabricantes y sus versiones más radicales como el Renault Trophy o quizá a vehículos utilizados para los track days. Esto garantiza esa pícara sonrisa que tanto se desea cuando uno se monta en el asiento que te sujeta, te abraza y te dice al oído: “Diviertete”.

Es la primera vez que en un coche de carretera, de su categoría, se monta un cambio de acoplamiento frontal (dog ring) con mandos y diferencial autoblocante de discos lo que permite a los conductores más expertos cambiar sin utilizar el embrague y sacar el máximo a ese pequeño y rabioso t-jet de 190cv.

Renuncia sólo a lo prescindible y mantiene: ABS, ESC y TTC, diferencial autoblocante de discos de embrague y el punto fuerte de un sistema de frenos Brembo, con discos delanteros flotantes, ventilados y perforados con pinzas de una sola pieza de cuatro pistones. La seguridad es importante y un puede correr en el circuito e ir tranquilo a casa cuando llueve o cuando te sorprenden las circunstancias de la carretera.