Rebelión del secesionismo catalán
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Luis Losada Pescador
Bastó colocar contra las cuerdas a los catalanistas para que mostraran su peor rostro. La detención de los activistas de la nueva Terra Lliure incendió los ánimos de los parlamentarios independentistas. Gritaron “libertad” para los CDR encarcelados. Y eso que los que se decidieron a colaborar reconocieron que tenían explosivos para volar infraestructuras como torres de alta tensión.
La investigación de los últimos 15 meses revela un “alto nivel de profesionalización”, manuales para la elaboración de explosivos y pruebas piloto en una cantera abandonada. “Pretendían materializar la república catalana por cualquier vía, incluida la violenta”, concluye el auto del juez García Castellón.
Lo normal hubiera sido que los demócratas se hubieran desmarcado de los violentos. ‘No tenemos nada que ver, condenamos la violencia, siempre hemos defendido las vías pacíficas y democráticas’. Eso habría sido lo normal. Pero no. Los secesionistas pidieron la libertad para los presuntos terroristas miembros de esa “organización criminal” que llamaban Equipo de Respuesta Táctica (ERT), el ala más radical de los CDR con actividades de planificación, logística e información.
No sólo pidieron la libertad para unos peligrosos miembros de una organización criminal sino continuaron la ‘fiesta’ aprobando la expulsión de la Guardia Civil de Cataluña y la “desobediencia civil e institucional” ante el Tribunal Supremo. Ellos lo llaman “rechazar la imposición antidemocrática de los tribunales”.
No sólo no acatan preventivamente la sentencia del procés sino que acusan al Alto Tribunal de “imposición antidemocrática” y aprueban una “desobediencia civil e institucional”. La deslealtad en su grado máximo. Si apoyar expresamente a los violentos y anunciar desobediencia no es rebelión, no sé qué pueda serlo.
Moncloa anuncia que impugnará y actuará jurídicamente contra varias resoluciones. Tarjeta amarilla. ‘Mal. Os habéis portado mal’. No quieren llegar más lejos para no crispar. Diálogo y todo eso. Una estrategia tan cobarde como fallida. ¿A qué esperan para aplicar el 155 ante la evidente deslealtad institucional? Si no se aplica el 155 ante el apoyo explícito de las instituciones a la violencia, ¿cuándo se hará?
El anzuelo del pescador
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Errejón. Sólo se presentará en las provincias donde tenga opciones. ¿Su objetivo? “Apoyar un gobierno progresista”. O sea, ‘bisagrear’.