Reflexiones monetarias
Borja Rojas. 14 de mayo. El cine europeo e independiente ha vuelto a demostrar que puede dar la cara contra la superpoblación del producto norteamericano. El género de ficción de nuestro continente alcanza su máxima expresión en el vecino país francés mientras que en España se reduce a continuos fracasos en la taquilla y descalabros en el ‘Box Office’. A excepción de películas como ‘Rec’, la ficción española no ha sabido ganarse al público como lo han logrado la comedia y el drama autóctono.
Hablamos de cine europeo de ficción, porque este está alcanzando buenos resultados e incluso podría llegar a convertirse en todo un sello. El actor de momento, Clive Owen, quien fuera dirigido a la perfección por Alfonso Cuarón en ‘Hijos de los hombres’, y su compañera Naomi Watts, que tampoco le va a la zaga, conforman un dúo actoral de calidad revirtiendo positivamente en el largometraje.
‘El internacional’ cuenta la historia de dos agentes de la Interpol quienes investigan a un todo poderoso banco francés. A lo largo de sus quehaceres los dos agentes se encontrarán con asesinatos e innumerables dificultades para desarrollar su investigación. Un guión redondo y una extraordinaria dirección de fotografía confieren a la película un aire realista que hasta ahora se alejaba de las producciones del viejo continente. La trama argumental además es arriesgada; Favores políticos, influencias y venta ilegal de armamento… El dinero es capaz de corromper cualquier alma. Pero a veces no lo es todo, y en este caso no ha podido tirar por tierra las ansias y el entusiasmo del director y los productores de esta cinta, poco cautivadora para los inversores cinematográficos cuya meta en la mayoría de las ocasiones es precisamente el objeto de su crítica. Todo por la pasta.
Respecto al director, Tom Tykwer, basta decir que es el responsable de títulos como ‘El perfume’ o ‘Corre, Lola, corre’. En esta ocasión consigue añadirle una estrella a su fulgurante carrera en el mundo del celuloide.
En definitiva una película valiente y de notable satisfacción para el espectador que encontrará en ella una excusa perfecta para evadirse de la realidad cotidiana ya que entre sus escenas cuenta con memorables momentos de acción como el que tiene lugar en el museo Guggenhein de Nueva York.