SHUSAKU ENDO, UN ESCRITOR CATÓLICO DEL SOL NACIENTE
José Luis Orella
Shusaku Endo fue uno de los principales intelectuales del Japón, nacido en 1923 vivió en su juventud como su país llegaba al máximo de su expansión imperial. Sin embargo, el final dramático con el bombardeo atómico recluyó al orgullo patrio nipón a las antiguas fronteras del archipiélago.
En 1950 Shusaku Endo como muchos estudiantes japoneses viajó a Francia para estudiar en su caso Literatura Cristiana francesa. Es la época de la filosofía de Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoire y Francois Mauriac que influirá en la literatura del japonés. Endo sentirá una gran atracción por Claudel, Mounier y otros escritores franceses católicos que le llevará a su entrada en la Iglesia Católica. Su posterior obra escrita se centrará en el modo de hacer compatible la cultura católica y la tradición nipona. La fuerza del cristianismo en su vida se convertirá en el eje argumental de sus novelas.
Su primera gran novela Silencio surge en 1966 enmarcada en los tiempos misionales de los jesuitas españoles en el Japón de los siglos XVI y XVII, hace referencia a personalidades fuertes que se enfrentan a la dura persecución que casi exterminó al naciente cristianismo nipón. En la novela, Endo planteó la dificultad que entrañaba a la mentalidad tradicional japonesa la creencia en una existencia más allá de lo humano.
Diez años después, en 1976 Endo escribió su Vida de Cristo. En esta nueva obra acentuó el sentido de maternidad de Dios para que fuese de mejor comprensión para sus paisanos japoneses. La personal recepción que tiene Endo del cristianismo y la trasmisión de su experiencia a la literatura tiene una nueva expresión en 1993 en Río profundo. Esta obra está escrita esencialmente para los católicos japoneses, donde intentó una vez más adaptar el cristianismo a la mentalidad asiática. La constante permanente en Endo será como traducir el catolicismo universal que él encontró en un sentido europeo, en concreto francés, con la mentalidad japonesa.
El desarrollo de la Fe en Endo le pone en comunicación con otras culturas y le convierte en puente entre la occidental y la nipona. Aquel cristianismo japonés del siglo XVI reemergió en el siglo XIX coexistiendo con la cultura japonesa y la vieja Fe cobró fuerza en nuevas formas. Endo apreciaba que el cristianismo europeo ha servido como unidad cultural básica y se ha expresado en el arte, la música, el lenguaje y la literatura. La riqueza precisamente del cristianismo estaría en la representación de la bondad de Dios en diversas culturas en señal de la comunidad mundial que forma el catolicismo. Las novelas de Endo son un estudio de la personalidad humana y un intento de forjar la faz del catolicismo japonés. No cabe duda que Shusaku Endo que falleció en 1997, fue un intelectual que ayudó con su categoría y la dirección de una revista de prestigio en la comunidad católica a imbricar al catolicismo en el alma nipona.
Entre otras de sus obras tenemos además: Cuando yo silbo, Vulcano, El mar y el veneno, Escándalo, Samurai, El final de los asesinatos, El país del oro y Estudios extranjeros.