Redacción Madrid. 25 de marzo. El teniente general José Antonio Beltrán, reconoció hoy que el que fuera ministro de Defensa cuando ocurrió el accidente del Yak- 42, Federico Trillo, le encargó como misión traer los 62 cuerpoos de los militares fallecidos "cuantob antes" para celebrar los funerales de Estado con los féretros. "Estaba dispuesto a traérmelos como fuera. Para mí no era un impedimento que no estuvieran identificados, siempre y cuando fuera legal", señaló durante la segunda sesión del jucio que se celebra en la Audiencia Nacional.
Beltrán, que estuvo imputado durante la investigación llevada a cabo por el juez Fernando Grande-Marlaska, declaró hoy como testigo ante el tribunal, presidido por Javier Gómez Bermúdez, y que juzga al general Vicente Navarro, al comandante médico José Ramón Ramírez y al capitán Miguel Angel Sáez por falsificar los documentos en los que se identificaba a 62 militares cuando 30 estaban aún sin identificar.
El teniente general cargó todas las culpas contra Navarro. Fue éste quien le aseguró que los 62 cuerpos estaban identificados a pesar que el fiscal turco -el avión se estrelló en su país cuando volvía de una misión en Afganiastán en mayo de 2003- les adviritió que había treinta cadáves aún sin reconocer. Pero Beltra´n no dudó de su palabra, dice, y firmó el acta para traerlos de vuelta a España. "En la lista de Navarro, los cuerpos no tenían nombre, sólo número, pero de eso me he dado cuenta con el tiempo", señaló.
El capitán Antonio González Hernández, uno de los enfermeros que viajó con la delegación militar enviada a Turquía para identificar y repatriar a las víctimas del Yak-42, también declaró hoy en la Audiencia Nacional y aseguró que sus superiores les metieron prisa para acabar de reconocer e introducir en féretros a los cadáveres porque había que llegar a tiempo al Funeral de Estado.
"Fue esa misma noche", (la noche del 27 al 28 de mayo de 2003, cuando "nos dijeron que había que darse prisa para salir y acabar con el enferetrado, porque había que llegar a una hora determinada porque se iba a hacer el funeral de Estado", dijo González Hernández ante el tribunal en una declaración que contradijo la versión ofrecida en el juicio por los tres acusados. El enfermero señaló que cuando estaban en los aviones de regreso a España, él tuvo el convencimiento en todo momento que los cuerpos venían sin identificar.
En la sesión de hoy, también declaró como testigo Alberto Ruiz de los Paños, comandante miembro de la asesoría jurídica del Ministerio de Defensa. Fue al lugar del accidente para resolver todo el papeleo, junto al consul español, para la inscripción de los cadáveres y su traslado a Madrid. Sin embargo, según su versión de los hechos, nos los pudo llevar a cabo porque faltaban algunos datos, como el nombre de pila de algunos padres de los fallecidos.
Lo cierto es que pocas horas antes de su vuelta de Turquía escuchó de viva voz del fiscal turco que quedaban treinta cadáveres sin identificar. De todas maneras, su versión no contradice a Navarro porque éste también dijo que el equipo tueco no pudo identificar a todos los cadáveres, algo que sí hizo el personal español trasladado allí.
El comandante, a través de un escrito firmado por el consul, realizó un escrito en el que aparecía la incidencia con las licencias de enterramiento, que solicitó al Ministerio de Defensa un año después cuando saltó todo el escándolo y fue citado a declarar ante el Juzgado Central de Instrucción número 3.