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como miembro no permanente

Venezuela en el Consejo de Inseguridad

Willams Cárdenas. Rubio. Plataforma Democrática de Venezolanos en España. La reciente elección de Venezuela para formar parte como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU,  es una de las decisiones mas absurdas que puedan recordar quienes  estudiamos y analizamos los hechos relevantes de la política internacional, habida cuenta de la falta de cualidad del gobierno venezolano para optar a una "silla azul" en el órganos mas importante en relación a la seguridad mundial.

Esta decisión introduce una correlación de fuerzas de bloques en el seno del Consejo, en el que, por una parte, USA, Inglaterra, Francia, España y algún otro país pro occidental, tendrán que enfrentar otro bloque con Rusia, China, Venezuela, y otros países africanos y asiáticos, como aliados que comparten intereses económicos, ideológicos y algo más.

El ingreso ha sido vendido por el gobierno venezolano como una gran victoria y como la aceptación mundial de la revolución bolivariana, incluidos chavismo y madurismo.

La alta votación alcanzada responde, obviamente, al trabajo de "lobby" ante las delegaciones de los países que integran la organización y, evidentemente, a la condición de candidato regional único que ya Venezuela se había garantizado.

No vamos a profundizar aquí acerca de cómo se obtuvieron esos votos regionales, pero es lógico que sobre éstos privó la influencia de los  mecanismos que utilizan el petróleo como instrumento de nuestra política exterior (Petrocaribe), para obtener apoyos que actúan casi de manera automática en los foros como OEA, UNASUR, ALBA, MERCOSUR, etc., a cuenta  de ir regalando o repartiendo crudo en condiciones absolutamente lesivas para Venezuela, cuyo descomunal costo lo estamos pagando ahora con la terrible crisis interna y la  necesidad increible de tener que importar crudo a Argelia.

Simplemente vamos a reflejar, cómo un hecho de esta gravedad ha pasado por debajo de la mesa de quienes tienen el deber de velar por la seguridad global.

Es obvio que el convulso mundo de conflictos en los que está inmersa la Comunidad Internacional, que parece haber perdido la brújula, no les ha permitido apreciar el garrafal error cometido.

El mundo occidental, ocupado entre concretar una alianza contra el Estado Islámico (EI); decidir la posición frente al presidente Sirio; atender la intervención en Irak; dilucidar los márgenes en los que se mantiene la paz dentro de un equilibrio inestable entre Israel y Palestina; observar con preocupación la retranca de los amigos de Gadaffi en Libia;  o monitorear el conflicto entre Rusia y Ucrania; todos con importantes componentes ideológicos y fanático-religiosos en su origen y desarrollo, no está para fijarse en el pequeño detalle del particular “curriculum” que presentaba el gobierno venezolano al aspirar ocupar por dos años, uno de las butacas no permanentes de ese alto órgano colegiado.

El único país que lamentó expresamente la elección de Venezuela fue Estados Unidos, cuya embajadora Samantha Power expresó: "Venezuela no cumple los criterios como candidato al Consejo de Seguridad de contribuir al mantenimiento de la paz y seguridad internacional y a la promoción del respeto a los derechos humanos"

Pero, cabría recordar a todos aquellos gobiernos (181) que votaron por Venezuela para ingresar al Consejo de Seguridad, que ese mismo gobierno revolucionario al que entregaron su confianza y que acompañará a los demás miembros permanentes y no permanentes en las mas importantes decisiones acerca de la seguridad internacional, es el mismo que ha mantenido estrechas relaciones y colaboración con grupos terroristas como las FARC, ETA, Hezbollah, Hamas y otras organizaciones terroristas, reconocidas así por la comunidad internacional, cuyos actos criminales  contra la estabilidad y la paz han dejado miles de víctimas.

También es el gobierno  cuyos mas altos representantes  están siendo investigados preliminarmente por la Fiscalía de la Corte Penal Internacional de La Haya (Máximo tribunal de la ONU para la jurisdicción universal),  por violación de los derechos humanos, al haber causado muertes, graves lesiones, torturas, persecución política y judicial, detenciones ilegales de miles de venezolanos.

Asimismo,  en los últimos 15 años de la historia reciente de Venezuela, ese mismo gobierno ha permitido y en algunos casos hasta favorecido, la muerte violenta de más de 250.000 personas, con un promedio aproximado de 17.000 homicidios por año, y que la impunidad al castigo de dichos crímenes ha alcanzado una cifra que supera al 80%, es decir que por su acción u omisión, en Venezuela la vida no vale nada a consecuencia de los altos niveles de inseguridad ciudadana.

Si no les resultan suficientes esos hechos contrastados, que demuestran su craso error, podemos agregar que este gobierno revolucionario ha extendido el imperio de la inseguridad personal a otros órdenes de la vida en Venezuela, así no existe seguridad jurídica, que se la cargó Hugo Chávez con sus expropiaciones, no existe seguridad económica, ni alimentaria, ni sanitaria, ni energética, ni de comercio, ni de tránsito, ni informativa, es decir es el Estado de la Inseguridad total.

Con este balance del nuevo compañero de butaca, queda garantizada para la ONU y para el mundo del futuro, el Consejo de Inseguridad.

Enhorabuena!

Willams Cárdenas Rubio

PDVM

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