Redacción Madrid. 27 de Agosto.
Después del período vacacional que hemos disfrutado a lo largo del verano, muchas personas se ven afectadas por malestar físico y psicológico. Se trata del Síndrome del Estrés Posvacacional. El profesor de Psicología de la Universidad CEU San Pablo, Fernando Miralles, indica que “este malestar debería desaparecer como máximo a los diez días”. Miralles señala como síntomas físicos del síndrome “el cansancio, la fatiga, la falta de apetito, dolores musculares, dolores de cabeza y molestias en el estómago”. En cuanto a los síntomas psicológicos señala la “tristeza, irritabilidad, falta de concentración y una gran falta de interés por el trabajo”. El Síndrome del Estrés Posvacacional “afecta al 35% de las personas trabajadoras de 45 años”, según el profesor Miralles.
En este sentido, ha asegurado que existen una serie de factores precipitantes que favorecen la aparición del síndrome. En primer lugar muchas personas “realizan una ruptura drástica de las vacaciones, algo muy negativo pues de ese modo cuando se regresa al trabajo el reloj biológico todavía está descompensado”. Por otro lado, “las personas que no están conformes con su puesto de trabajo son más propensas a sufrir el Estrés Posvacacional ya que tienen una predisposición negativa a trabajar en su horario normal”. Por último, tienen mayor posibilidad de generar el Estrés Posvacacional “las personas que han tenido algún problema en el trabajo justo antes de irse de vacaciones por el miedo a que al volver permanezca ese problema”.
Con el objetivo de prevenir el Síndrome del Estrés Posvacacional, Fernando Miralles da una serie de consejos como “volver dos días antes de vacaciones e intentar adaptar el reloj biológico levantándonos y acostándonos antes”. También recomienda “adoptar una actitud positiva en la vuelta al trabajo. No todo es negativo, pues al volver a trabajar nos encontramos con los compañeros y establecemos nuevos proyectos laborales”. Asimismo, “hay que evitar pensar en que vacaciones es antónimo de trabajo”. Aconseja que “los primeros días al volver al trabajo realicemos trabajos de poca intensidad. No debemos intentar poner nuestro trabajo al día después de un mes fuera”. Finalmente, “como al final se somatizan los síntomas físicos y psicológicos, tenemos que evitar centrarnos en los síntomas negativos”.
El profesor Fernando Miralles señala que “si a los diez días la persona se sigue sintiendo mal, debería ir a un especialista, pues podría ser que padeciera una depresión encubierta, aunque esto es algo que no sucede casi nunca”.