¿Por qué los ayuntamientos también participan de la odiosa ideología feminista y promueven su programa?
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Sergio Salado Castilla. Ha aparecido en la prensa comarcal la noticia de la próxima creación del Consejo Local de la Mujer en el municipio gaditano de Los Barrios. La noticia, aparentemente anodina o rutinaria, no lo es tanto si se tiene en cuenta la carga ideológica que hay tras semejante creación y aún más sobre el hecho de que sea unánimemente celebrada y no suscite crítica alguna.
Una ideología se halla en situación de hegemonía en una sociedad determinada cuando sus ideologemas, su programa y las políticas que de ellos se derivan son aceptados y compartidos por el conjunto de aquella sociedad, hasta el punto de que les pasan políticamente desapercibidos y les aparecen como hechos naturales e indiscutidos. Lo cual ocurre en España con la ideología feminista, nada extraño por otra parte tras años de intensivo adoctrinamiento en ella. Esto hace que, por ejemplo, ante una noticia como la comentada nadie se pregunte por el hecho de que se cree un consejo local de la mujer y no un consejo local del hombre.
El léxico que acompaña a semejante creación también es de factura puramente feminista. El primer objetivo que se marca tal consejo es el de “propiciar un espacio de encuentro para el empoderamiento y la participación de la mujer en el municipio”. ¿Empoderamiento? Inconfundible jerga feminista, producto de resentidas sociales, que ahora pasa a formar parte del vocabulario normal de los responsables de un ayuntamiento de un pequeño municipio gaditano.
¿Qué interés puede tener un pequeño ayuntamiento en fomentar la ideología feminista? Y precisamente en unos tiempos como los actuales, de profunda erosión de la familia, erosión que tiene a la ideología feminista como a uno de sus mayores responsables. ¿Es la erosión de la familia un bien? En todo caso, ¿a quién beneficia semejante erosión? No a la sociedad, que tiene en la familia a uno de sus pilares fundamentales. Cuesta creer que este pequeño ayuntamiento tenga este objetivo y, probablemente, no lo tenga. ¿Qué interés puede tener un pequeño ayuntamiento en crear un consejo que habitualmente es nutrido por mujeres afines a la ideología feminista, y otorgar así a semejante ideología y a sus partidarias un espacio público más? Presuponer esta intención resulta bastante atrevido. En cambio, sí puede haber cierto interés por parte del consistorio en homologarse a los tiempos, los cuales marcan, siguiendo siempre la hegemonía actual de la ideología feminista, la necesidad de semejantes consejos de la mujer. Moda infame que no hace sino fortalecer más y más la hegemonía feminista.