Redacción Madrid. En un nuevo ejemplo de que el periodismo se ha convertido en el arma más eficaz de los políticos para contar a los ciudadanos cosas que carecen por completo de importancia (acaso para que no piensen en aquello que es verdaderamente sustantivo), esta mañana se ha producido una expectación casi sin precedentes en la reunión que han mantenido la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, y el nuevo ministro de Fomento, José Blanco. Lo de menos era el asunto que ocupaba la reunión, lo fundamental, según se ve, es si se van a llevar mejor, peor o igual de lo que se llevaba Aguirre con Magdalena Álvarez. ¿A esto nos vamos a dedicar ahora los periodistas?

Después, en la reunión, Esperanza Aguirre ha obtenido el compromiso de Blanco para acometer el cierre de la M-50, así como la presentación del nuevo Plan de Cercanías, con 115 kilómetros y una inversión de 5.000 millones de euros, en la primera quincena de mayo, que incluirá la llegada del ferrocarril hasta Moncloa desde Majadahonda. Es la información que ofrece la página web de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, los titulares y los comentarios van por otro camino: ¿será buena o será mala la relación política entre la jefa del Ejecutivo autonómico en Madrid y el número dos del PSOE?

Algunos informativos se han empeñado hoy en recordar algunos de los episodios que enfrentaron en el pasado a Aguirre y a Álvarez, sacando nuevamente de contexto (y, por tanto, manipulando burdamente) ciertos comentarios (desafortunados) de la segunda, intentando contraponer aquello con el aparente "buen rollo" que existe ahora entre Madrid y Fomento.

Pero la pregunta es: ¿es esto lo verdaderamente importante para los ciudadanos?, ¿es a esto a lo que nos hemos de dedicar los profesionales de la información?, ¿qué clase de democracia es ésta?