A propósito de una Misa: la mentira y la manipulación de un panfleto llamado PÚBLICO
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Francisco Torres García. Dentro de unos días se cumplirá el 72 aniversario de la última gran gesta del ejército español, la victoria defensiva en la batalla de Krasny Bor, obtenida por los soldados de la División Española de Voluntarios. No me siento ante el teclado para rememorar históricamente unos hechos de sobra conocidos o recordar a las decenas de héroes olvidados e incluso oficialmente proscritos de aquel día plasmándolo en el habitual y casi obligado artículo conmemorativo. No, lo hago para compartir con mis lectores la indignación que debiera sentir todo español de bien capaz de exteriorizar un pálpito de orgullo patrio ante la historia gloriosa de sus soldados.
Fotos: Aquí están las pruebas de cómo manipula PÚBLICO. Por un lado la supuesta imagen de la Misa de 2014 por los caídos de la División Azul con cuatro caballeros legionarios rindiendo armas que ha servido de base a la falsa denuncia del diario progre. Al lado la foto real de la Santa Misa ofrecida en una parroquia de Alicante por la Hermandad de la División Azul. Ni legionarios, ni tan siquiera es la misma Iglesia. Pero todo vale para los talibanes de la "memoria histórica
Cada año, desde hace décadas, siempre que puedo, acudo a la ciudad de Alicante en estas fechas para compartir con un puñado de españoles, familiares y algún excombatiente de la División Azul, el recuerdo y la oración por el más de un millar de voluntarios que dejaron su vida, lejos de su Patria pero pensando en su Patria, un diez de febrero de 1943; para acudir a una Misa, en una parroquia pequeña, por aquellos que cayeron y por los que se han ido marchando, reclamados por Dios, entre un febrero y otro febrero. Hoy me indigno y me revelo porque el excomunista de turno de esa entidad en ruina llamada Izquierda Unida ha pedido al Obispado que, en aplicación de la vergonzante Ley de la Memoria Histórica, se nos prohiba rezar.
Por ello he tenido la desagradable experiencia de tener que leer hasta el final con asco, más en el corazón que en la entraña, un artículo firmado por un tal Joan Cantarero, manipulador de guardia de un panfleto progre, vástago tonto de un millonario rojiprogre, cuya cabecera responde al nombre de PÚBLICO y al que cuadraría mejor el rótulo de "Diario Impúdico". Ignoro, eso sí, si el tal Cantarero, además de ruin y miserable, dado que miente y engaña, es tonto e ignorante, pero a tenor de lo que firma no me resultaría sorprendente.
Brama, con aparente indignación, el valiente imbécil -calificativo que utilizo en su etimología clásica y no en su consideración actual, no piense el señor Cantarero que le insulto-, porque en Alicante se ofrezca una Misa por unos difuntos a los que, como buen amante de la libertad, niega hasta el derecho a que se les rece. Panfletario de la pluma, denuncia la connivencia institucional para con quienes, según su docta e informada -deformada diría yo- opinión, fueron a luchar con los nazis para pagar el bombardeo de Guernica, olvidando, eso sí, mencionar que en realidad marcharon a combatir el comunismo para hacerle pagar las decenas de miles de asesinados en la zona republicana, la misma que PÚBLICO exalta como ejemplo de virtudes democráticas y vida apacible y floral. Cita en su deleznable argumentación como gran referente de autoridad las palabras del paniaguado Esteban Ibarra. No contento con dejar al aire el tal Cantarero las vergüenzas de su ignorancia, para rematar la faena, recurre a la mentira sobre la celebración de la Eucaristía, ve uniformados armados -pongo a su disposición mi archivo fotográfico de tales actos- y cierra, por si acaso no fuera suficiente, recordándonos que al finalizar "la parroquia entera cantó el Himno de la División Azul y el Cara al Sol". Es de agradecer al señor Cantarero que subraye la asistencia masiva de miles de personas a esta humilde celebración... ¡Ah, perdón, no me había dado cuenta de que el tal Cantarero ni siquiera ha buscado en el diccionario el significado del término parroquia!
Y ahora dejo el teclado porque se me hace tarde para llegar a la parroquia, aunque ignoro si estos talibanes de la memoria, epígonos de los repugnantes comisarios políticos de otros tiempos, aspirantes a censores y chekistas frustrados, habrán conseguido su propósito o nos obsequiarán con el cateto y andrajoso espectáculo de unos cuantos antifascistas de guardarropía. Pero a estas alturas de mi vida ni un panfleto digital, ni el concejal de la casta, ni unos retrógrados talibanes, me van a impedir que acuda cada año al llamamiento de la Hermandad de la División Azul a rezar por mis héroes. Es lo que hay.