Javier Garcia Isac. Ya estamos todos. Es curioso observar como un país se paraliza durante un mes entero. Parece que en Agosto entramos en otra dimensión, en otro estadio, donde todo se pospone para Septiembre.
Empiezan las carreras, las ansiedades, los nuevos proyectos, los nervios. Parece que todo va a cambiar para que después, todo siga igual.
He de reconocer que Septiembre me da pereza, sobretodo tener que volver a escuchar la misma cantinela de los mismos indocumentados de antes. Volvemos a la cuestión catalana y su desleal Gobierno; volvemos a las encuestas, a la corrupción, al paro, a los partidos mas preocupados en mirar su ombligo que en los problemas de España y los españoles; al futbol. Volemos a la rutina.
También ge de reconocer que en muchas ocasiones, la rutina no es mala. Las costumbres diarias si son sanas, ayudan en nuestra pesada carga de tener que salir adelante.
Empieza también un nuevo curso político, y es aquí donde todo se torna negro, donde nubarrones de tormenta se posan sobre nuestras cabezas. Tenemos ante nosotros un futuro incierto con incógnitas que nadie parece querer desvelar. La primera y mas preocupante, por parte de un gobierno autonómico y sus cómplices.
La culpabilidad puede ser por acción o por omisión. En el caso que nos ocupa, ni Gobierno ni oposición están a la altura de las circunstancias. Cada uno a lo suyo, como si esto no fuera con ellos. ¡Se equivocan!
Todos saldrán perdiendo. Aquí no habrá réditos o rentabilidad política que rascar.
La continua provocación por parte de la anti-España, merece una severa, una seria contestación por parte del Estado. Esto ya no es ninguna broma de una banda de corruptos que solo pretenden distraer la atención sobre los delitos cometidos.
El desafío, el pulso a todos los españoles incluidos los catalana, no puede quedar impune, no puede quedar sin respuesta. El pueblo español es paciente. El pueblo español lo soporta casi todo, pero el pueblo español no es tonto.
Se equivoca la anti-España si piensa que el español nada tiene que hacer. No lo vamos a consentir. El ciudadano está por encima de este Gobierno, de esta oposición y de estos partidos políticos. Su inoperancia no nos representa.
El Gobierno Autonómico Catalán, debe analizar y ser consciente de que la debilidad del Gobiernos y la permisividad y comprensión del Partido Socialista no son el denominador común de España como pueblo. No permitiremos bajo ninguna condición que nos sea robada una parte indisoluble de nuestra Nación.
La historia de España no se entendería sin Cataluña y, la historia de Cataluña, no se entendería sin el resto de España.
Nos han robado. Nos han insultado. Nos han menospreciado, pero todo tiene un límite. El que no esté a gusto, tiene la posibilidad de marcharse, tiene incluso la oportunidad de abrirse una cuenta en Andorra. Ya lo hacen sus líderes y ellos no pueden ser menos que aquellos golfos a los que admiran.