El votante suele tener la memoria de un merluzo
Javier Garcia Isac. Mi suegro decía, y no sin razón, que “el votante suele tener la memoria de un merluzo”, lo que significa que nuestra capacidad de retención nunca es superior a tres segundos.
Transcurrido ese tiempo, lo olvidamos todo: promesas, programas, candidatos, etc., y volvemos a nuestra rutina diaria. Se nos pasa la euforia o el cabreo, el bajón o la alegría y empezamos de nuevo hasta que la siguiente campaña comience y vuelvan a contar con nosotros, con el sufridor votante.
Una cosa que no decía mi suegro pero que si digo yo, es que además de tener una memoria vaga, el votante en la mayoría de las ocasiones, no tiene ni idea de por qué votó a tal o a cual candidato, le cuesta mucho explicar las razones de su decisión.
En el caso de los votantes de Podemos, esta cuestión raya el paroxismo, la locura: que si “estoy cabreado”, que si “son todos unos mangantes o golfos”….”pandilla de ladrones” y demás descalificativos a una casta política que por otro lado, seguramente lo merezca.
Lo que el votante de Podemos no sabe, o no imagina, es que en este caso es peor el remedio que la enfermedad.
Pablo Iglesias es un producto de laboratorio gestado muy posiblemente con la complacencia del Partido Popular y la comprensión ideológica del Partido Socialista, es un plató de televisión.
Ni Partido Socialista ni Partido Popular, han valorado lo suficiente los riesgos de engendrar el huevo de la serpiente.
Buenísimo y comprensión ideológica son los responsables de los graves sucesos de Barcelona, que junto con la cobardía municipal, han elaborado un coctel de incalculables resultados y cuyos efectos finales, están todavía por descubrir pero a buen seguro, no solo serán destrozos con valoración económica.
Los individuos que destrozan material urbano, que nos queman los coches, que nos amenazan, que ponen en juego nuestras vidas y que se creen muy por encima de todos nosotros, son los mismos que a las organizaciones como Podemos, protegen y encubren.
La violencia de izquierda ya tiene quien les represente.
Esta masa de chusma maloliente y piojosa que perturba la paz ciudadana y que el Ayuntamiento de Barcelona lleva permitiendo la ocupación ilegal de edificios, donde no pagan ni luz, ni agua, ni IBI, ni ningún tipo de impuestos, eso ya lo pagamos el resto por todos ellos, es el votante tipo del Eurodiputado Pablo Iglesias.
La permisividad de las autoridades debe hacernos reflexionar: ¿Por qué la chusma violenta y guarra tiene derecho a ocupar inmuebles, a no pagar nada, a saltarse las leyes y las normas, y al resto nos fríen a impuestos, multas y obligaciones?
No le aconsejo ni que haga la prueba, pues las autoridades suelen ser poco benevolentes con el ciudadano de a pie, al que machacan de forma inmisericorde. Y si encima es usted de los que cumplen y pagan… ¡va apañado!
Es ahora cuando se nos presenta el grave dilema, una dicotomía crucial, la decisión entre las decisiones, la ultima, la definitiva: ¿Podemos o Potemos?
Pues potemos.
Potemos sobre todos ellos; sobre los que ejercen la violencia y la intimidación; sobre quien lo permite y lo consiente, y sobre aquellos que creen que esto todavía tiene gracia.
Javier Garcia Isac
Una Hora en Libertad