Javier Garcia Isac. No soy socialista, con lo que me trae sin cuidado como piensan elegir a su secretario general. Por mi, como si tiran una chapa al aire.
Entiendo que les moleste que alguien ponga en duda o critiquen su método de elección, igual que a mí tampoco me gusta que critiquen la forma de elección del Papa, sobre todo si quien lo critica es ateo y no cree en Dios.
Dicho lo cual, no me desagrada su método de primarias pues consiguen que durante algunos meses, se hable de ellos de forma continua, casi hasta el hartazgo. Llega un momento en el que todos deseamos que esta tortura acabe pronto, pues llega a ser insufrible que nos cuenten la vida y milagros de unos políticos de medio pelo que hasta hace bien poco, eran auténticos desconocidos.
Parece que en el Socialismo español nadie quiere coger las riendas de un partido desnortado. Es una lástima que los candidatos no aprovechen para lanzar un mensaje contundente, un mensaje claro sobre la incuestionable unidad de España. Todo lo contrario: vale todo con tal de conseguir un puñado de simpatías.
El discurso es cambiante dependiendo de la zona geográfica donde se encuentre el candidato. Claro que nada de esto es nuevo. Le pasa lo mismo a la mayoría de los candidatos de los distintos partidos.
En el fondo son cortoplacistas. Contentan a unos pocos aquí y a otros allí, diciendo lo que en ese momento quiere escuchar la audiencia sin ni siquiera pararse a pensar que en casi todos los casos, el mensaje es contradictorio, ruinoso: no se puede prometer en un sitio llevar el agua y en el otro, decir que se verterá al mar.
Debemos reconocer en el político una virtud, sobre todo en los políticos de izquierda: dicen una cosa y hacen la contraria, y siempre la culpa la tiene un tercero.
Jamás se responsabilizaran de nada y si lo hacen, es para adjudicarse meritos que no les corresponden.
Volviendo a los candidatos a la secretaria general del PSOE, su falta de ideas es preocupante pues alguno de estos indocumentados, puede llegar a alcanzar la presidencia de España.
Son todos ellos emuladores del pequeño Zapatero: ese personajillo para el que España era un con el que España era un concepto discutido y discutible.
Parecer ser que la maldición que pesa sobre España desde hace ya muchos años, amenaza con perpetuarse. Maldición que consiste en terne a españoles que reniegan de su condición, a una izquierda profundamente desleal y, a una derecha reconvertida en centro reformista, acomplejada e hipócrita que hace dejadez de funciones.
Cada vez tengo mas claro que no será la actual casta política la que revierta esta situación. Saldremos de la crisis. España será de nuevo una Nación respetada y digna. Volveremos a conquistar las libertades individuales que nos han sido arrebatadas y, seremos referente internacional de respeto y fortaleza, pero, seremos nosotros, no ellos los que lo consigamos.
Su descredito y desfachatez no les hace dignos de liderar esta Nación.
Javier Garcia Isac
Una Hora en Libertad