Evo sigue sin comer
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Redacción Madrid. 11 de abril.
El lujoso salón rojo del Palacio de Gobierno de Bolivia se asemeja ahora a una sede sindical. Allí, el presidente Evo Morales y un grupo de catorce dirigentes sindicales se declararon en huelga de hambre el pasado jueves con el fin de presionar al Congreso para que apruebe la convocatoria a las elecciones generales de diciembre.
Mientras tanto, los diputados continúan debatiendo desde la tarde del pasado miércoles sin lograr consensos, aunque mantienen abierta una mesa de negociación.
Los opositores se niegan a aprobar la convocatoria a comicios mientras la Administración boliviana no acepte elaborar un nuevo padrón electoral, es decir, un nuevo registro ciudadano, pues aseguran que el actual tiene irregularidades que podrían llevar a un fraude electoral, algo que el gobierno de Morales niega. También se resisten a que unos 300.000 ciudadanos bolivianos que viven en el exterior voten desde las próximas elecciones, tal como pretende el dirigente.
Ante el estancamiento del diálogo, Evo Morales justificó la huelga así: "Frente a la negligencia de un grupo de parlamentarios neoliberales (estamos) obligados a asumir esta medida para defender el voto del pueblo, el mandato del pueblo del 25 de enero". Morales se refería al referendo del 25 de enero, cuando fue aprobada la nueva Constitución Política del Estado (CPE), en la que se establece que se debe convocar a elecciones generales para presidente, vicepresidente y congresistas para el 6 de diciembre.
En esos comicios, el presidente se postulará a la reelección y, si gana, se convertirá en el primer jefe de Estado del país en asumir dos mandatos consecutivos. Pero, el plazo para convocar a esas elecciones venció este miércoles, en medio de fuertes tensiones y presiones.
Hasta el martes, los movimientos sociales afines a Morales habían mantenido su promesa de cercar el Congreso con miles de campesinos e indígenas que obligarían a los parlamentarios a aprobar la norma. Sin embargo, es medida fue suspendida. Más tarde, los diputados del partido gobernante amenazaron con renunciar a sus escaños, lo que hubiera obligado a cerrar el Parlamento, puesto que ellos son la mayoría. Sin embargo, la dimisión, que debió ser presentada el pasado jueves, no se produjo finalmente debido a que una comisión de negociación empezó a trabajar en un acercamiento de las posiciones.
El pasado jueves, Morales se reunió con el alto mando militar y con los máximos dirigentes sindicales mientras las versiones sobre la renuncia colectiva y el cierre del Congreso se sucedían en el Palacio Legislativo. Finalmente, el dirigente se declaró en huelga de hambre "para defender la democracia".
Desde muy joven, Morales fue dirigente de los cocaleros del Chapare (Cochabamba) y, siendo presidente de la República, mantiene ese cargo sindical. Como líder de los trabajadores, encabezó innumerables huelgas de hambre, bloqueos de caminos y marchas de protesta.
Pero, la huelga iniciada por Morales ha sido duramente criticada por el jefe del principal partido de la oposición, Jorge Quiroga, quien acusó al presidente de estar haciendo "una dieta presidencial para encubrir el fraude". Quiroga consideró que Morales intenta montar "un masivo fraude para seguir en el gobierno y tapar la corrupción".
Por su parte, el secretario de autonomías de la Prefectura de Santa Cruz, Carlos Dabdoub, opinó que tal vez Morales inició el ayuno porque "está un poquito gordo". Además, pidió al mandatario que responda si "quiere elecciones limpias o quiere elecciones con fraude para quedarse en el gobierno". Otros líderes opositores tampoco se tomaron en serio la huelga de hambre de Morales al calificarla como "chantaje", "ridiculez", "circo" y "show".
ANTECEDENTE
El único antecedente que se conoce de un presidente en huelga de hambre es el de Hernán Siles Suazo, quien tomó esa medida en dos ocasiones. El primer ayuno fue en 1956 para defender la estatización monetaria y el segundo en 1984, cuando exigió a la oposición una concertación social.
El portavoz presidencial, Iván Canelas, dijo que, pese a la huelga de hambre, Morales atenderá sus obligaciones administrativas desde el Palacio de Gobierno. Sin embargo, también adelantó que se ha suspendido el viaje que el presidente boliviano debía realizar a Cuba, donde tenía previsto reunirse con Fidel y Raúl Castro. No obstantye, Canelas aclaró que, si se resuelve el conflicto político, podrá reprogramar el viaje.
La huelga de hambre de Morales tuvo su primera réplica en Cochabamba, donde funcionarios del gobierno regional instalaron un piquete. Los congresistas oficialistas y otros dirigentes también anunciaron la masificación de la medida.