La secesión americana
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José Vicente Rioseco. La primera vez que Lincoln obtuvo un escaño en el congreso fue en 1847. El partido Whig, al que pertenecía le asignó 200 dólares para sus gastos. El devolvió 199,25; solo había comprado un tonel de sidra.
La norteamericana de entonces, creía en el destino manifiesto, que no era otro que la absorción de la mayor parte de los territorios vecinos, desde el Atlántico al Pacifico, incluyendo la américa hispanohablante de Méjico, América Central y Cuba. Texas y California ya habían sido digeridas y eran dos estados de la Unión.
Al Oeste del Missouri, en las inmensas llanuras solo pobladas por los indios indígenas hasta entonces, aparecían nuevos estados que se incluían en la Unión.
Los estados del sur, querían, sobre todo, que el congreso aprobara el “código negro”, que declaraba ilegal el abolicionismo y que los nuevos estados del Sur y del Oeste se abrieran a la esclavitud; así como autorizar y legitimizar el tráfico de esclavos.
El congreso, con mayoría antiesclavista, acepta la incorporación de nuevos estados no esclavistas como Minnesota y Oregón, mientras que niega la incorporación de Kansas por ser esclavista. Esto hacía que en el congreso, las fuerzas antiesclavistas aumentaran en contra de la voluntad de los sureños.
En palabras de Jefferson Davis, que luego sería el presidente sureño “A vosotros los del Norte, la esclavitud nos interesa en absoluto. Vuestro interés es tener la mayoría en el Congreso de Estados Unidos y así debilitar el poder político de los sureños”. Se trataba de una batalla política por el poder en toda regla.
Así las cosas, llegaron las elecciones de 1.860. El candidato no esclavista A. Lincoln ganó por mínima diferencia con los votos de los estados del Norte. La nación estaba inequívocamente dividida.
Es entonces cuando se plantea la lucha conceptual. Para Jefferson Davis, el gobierno Federal carecía de autoridad natural. La tiene en cuanto los estados han delegado la suya en él. Por si mismo carece de poder propio. Si la opresión del Norte continuaba, el consideraba que los estados del Sur deberían separarse pacíficamente de los del Norte y romper así la Unión.
Inmediatamente de conocerse los resultados de la elección, Carolina del Sur, el estado más extremista, convoca una convección estatal en la que se decidirán “las futuras relaciones entre el estado (Carolina del Sur) y la Unión”. Antes de que pasase un mes, todos los estados sureños tomaron medidas tendientes a la secesión. Pocas semanas después Carolina del Sur declara que el estado ya no forma parte de la Unión, y le siguieron el resto de los estados del Sur. Todos ellos se unieron y formaron la Confederación y eligieron su presidente, Jefferson Davis.
Por su parte Lincoln, el nuevo presidente recién electo, estaba decidido a preservar La Unión tal como era, y a cualquier precio. Pero nunca pensó Lincoln que lo que se avecinaba era una guerra, sino solo lucha política. Por eso formo un gabinete de hombres fuertes en política, no militares.
Carolina del Sur exigió a los custodios de las propiedades federales, que entregaran estas a las autoridades del estado. El comandante federal de las fortificaciones militares del puerto de Charleston, concentró sus fuerzas en Fort Sumter y se negó a obedecer cualquier orden que no llegara desde Washington. Las fuerzas dependendientes del estado de Carolina del Sur desplegaron su artillería ante la fortificación. Lincoln decidió enviar socorro de alimentos, pero no armas ni municiones a los sitiados; pero la respuesta de los confederados fue la de abrir fuego sobre la fortificación y contra la bandera de La Unión.
Así comenzó, un 12 de Abril de 1861 la guerra de secesión americana. La guerra que más huella dejó en el alma americana. Una lucha política, entre políticos, que llevo a la muerte a más de un seiscientos mil americanos.
La ruta que siguieron estos acontecimientos fue a) el sentimiento de los secesionistas de un trato discriminatorio por parte de La Unión hacia ellos, b) el convencimiento de que la nación no tenía razón para obligar a ningún estado a seguir formando parte de la nación, sí aquel no quería, c) ambas partes consideraban de que era “solo” un conflicto político, d) la decisión de uno y otro bando de llevar su convencimiento a las últimas consecuencias.
Dice Mateo “Quien tenga oídos que oiga, quien tenga ojos que vea”.