Teoría de la Ciencia y la Teología
Fidel García Martínez Catedrático Lengua Literatura Licenciado en Ciencias Eclesiásticas Es evidente y por lo tanto no necesita demostración que todo lo que empieza a vivir, necesariamente muere. El supuesto de que la muerte es evitable, obviamente no deja de ser una hipérbole carente de contenido, más propia de los de deseos unamunianos de inmortalidad que de la realidad humana como se vive. Por eso es de agradecer a la Nueva España que haya dedicado una semana a las ciencias naturales a conocerlas y estimarlas.
Esta Semana de la Ciencia no se cierra sólo en los conocimientos naturales sino que debe estar abierta a los problemas que siempre han preocupado a los humanos de todas las culturas: Dios, el por qué existe algo y no la nada, el problema del mal y el más allá, para las que las ciencias naturales no tienen respuesta alguna porque no son de su competencia. Sólo cientifismo que no es ciencia sino ideología tiene respuestas para todo real y lo fantástico, como que la muerte es evitable Como afirma el prestigioso teórico de las Ciencias de la Naturaleza y de la Teología W. Pannenberg, la Teología no es un saber sin sentido y ni tautológico, sino que tiene objeto formal propio y metodología específica.
La visión científica de la realidad no es completa y cambia de paradigma según lo requieran los nuevos descubrimiento. El Paradigma de la Relatividad de Einstein no es el mismo que el de la gravitación universal de Newton para explicar el Universo.
El que la visión científica de lo real no sea completa, no es porque el saber científico se inadecuado o incapaz para alcanzar su objetivo cognoscitivo, ni tampoco porque las ciencias naturales en su forma de proceder dejen lagunas que han de ser llenadas recurriendo a la idea de Dios, sino porque la Teología, debido a su objeto formas que es Dios y toda la realidad relacionada con Él, tiende a un conocimiento integral de la realidad, mientras que la Ciencia se limita en función de su enfoque y de su metodología a una descripción parcial de la realidad. Por lo tanto la Teología para explicar la realidad necesita de las Ciencias de la Naturaleza y estas de la Teología.
El diálogo sincero y constructivo entre teólogos y científico es necesario y muy productivo porque el Dios de la Biblia es el Creador del universo y como afirma Pannenberg no es posible entender plenamente los procesos de la Naturaleza sin hacer referencia a Dios. Sin por el contrario la naturaleza puede ser debidamente comprendida sin hacer referencia al Dios de la Biblia, entonces ese Dios no puede ser creador del universo y, por tanto, no puede ser verdaderamente Dios ni se `puede confiar en El como fuente de enseñanza moral. El diálogo entre teólogos u científicos es hoy más necesario que nunca.