"¡Algo huele a podrido en Dinamarca... y en la logia independentista catalana!"
Daniel Ponce Alegre. Teólogo.
La obra Hamlet, del escritor británico William Shakespeare, transcurre en Dinamarca. Comienza una fría noche en Elsinor, el castillo real de Dinamarca. El protagonista de la obra es el Príncipe Hamlet, hijo del fallecido Rey Hamlet. Después de la muerte del rey, su tío Claudio se casa con la esposa del soberano, la Reina Gertrudis, madre de Hamlet. Una noche el fantasma se le aparece a Hamlet y le informa que su tío Claudio lo asesinó.
El estudio y análisis de esta obra nos proporciona claves para entender a los independentistas masones tanto en España como en otros lugares de Europa y del resto del mundo.
Escrita en tiempos de agitación religiosa y sociopolítica, la obra Hamlet es en alternancia católica y protestante, con tendencias nacionalistas y sectarias, y europeizantes.
La " sombra " de su padre habla de sí misma como proveniente del purgatorio y fallecida sin viático; esto, y la ceremonia de entierro de la amada por Hamlet, Ofelia, componen la mayor parte de las conexiones católicas de la obra. Gran parte del protestantismo de la obra se deriva de su ubicación en Dinamarca, país que se acogió al cisma protestante ( nido ideológico desde el que se gestó la también cismática y corruptora judeomasonería ), y de la mención expresa a la ciudad de Wittemberg, donde Hamlet y sus amigos Horacio, Rosencrantz y Guildenstern estudiaron en la universidad, y que es precisamente el lugar donde Lutero clavó por primera vez sus 95 tesis. Cuando Hamlet dice: " Hasta en la muerte de un pajarillo interviene una providencia irresistible " refleja la creencia protestante de que la voluntad de Dios, la Divina Providencia, controla incluso los más ínfimos sucesos. Sugiere incluso una conexión al protestantismo mediante la doctrina calvinista de la predestinación, doctrina fundamental de la masonería procedente de la Gran Logia de Inglaterra o de Rito Escocés, y en la que el Gran Arquitecto todo lo determina y diseña.
Hamlet ha sido a menudo recibido como un personaje político - filosófico, más que teológico, que expone ideas que hoy serían consideradas relativistas, existencialistas y escépticas. Por ejemplo, hace gala de un razonamiento relativista en su interpelación a Rosencrantz: " porque nada hay bueno ni malo, sino en fuerza de nuestra fantasía ". La idea de que nada es real ( como España que para algunos es " un concepto discutido y discutible " , o que el hombre es un constructo social que puede diseñar incluso su sexo ) a excepción de lo que se halla en la mente del individuo tiene raíces en los gnosticos egipcios, como Hermes Trimegisto, y en los sofistas griegos, como los presocráticos, ( en los que siempre se ha basado la " teología " cabalística y judeomasónica ), quienes defendían que, dado que nada puede ser percibido sin que medien los sentidos y lo que cada individuo siente, que nada es estable ni permanente, y por tanto que se perciben las cosas de forma diferente en todo momento según nuestro antojo, no hay verdades absolutas: sólo certeza de que todo es relativo, pues Dios, Padre de Amor, Verdad y Consejo no existe.
El más claro ejemplo de existencialismo en la obra de Hamlet se encuentra en el famoso soliloquio: " ser o no ser; esa es la cuestión ", donde Hamlet utiliza «ser» para aludir tanto a la vida como a la acción y «no ser» para la muerte e inacción. La contemplación del suicidio por parte de Hamlet en esta escena es, no tanto filosófica como religiosa, dado que él cree en la continuidad de su existencia basada en vengar el asesinato de su padre y Rey Dinamarca.
Los estudiosos suelen estar de acuerdo, entre los que me encuentro, en el hecho de que Hamlet refleja el escepticismo contemporáneo que se levantaba contra el humanismo renacentista teocéntrico, característico de épocas anteriores a Shakespeare, y previas al cisma eclesial de Lutero ( aunque algunos se empeñen en llamarle reformador ) y en las que los humanistas defendían que el hombre era la mayor creación divina, hecha a imagen y semejanza de Dios. El famoso discurso de Hamlet en que dice: " ¡Que admirable fábrica es la del hombre ", hace eco de multitud ideas, algunas de las cuales se usaron de base relativista y antropocéntrica.
Y esas ideas se convirtieron en la base moderna de la masonería actual, y de aquellos que son " sus hijos " tanto en España, como en el resto de Europa y en todo el mundo.
En este aspecto de la judeomasonería política, ( en algunos casos nacionalista e independentista y en otros globalizadora y mundialista ), llamado teológico, al que he dedicado más de una década de mis estudios sobre sectas, profundizaremos desde este Diario, Dios mediante, en próximos artículos.