MANUEL PARRA CELAYA. Un viejo aserto nos dice que nunca hay que fiarse de la propaganda, y menos de la propia. Uno es especialmente sensible a esta afirmación, hasta el punto de que quito el sonido de mi televisor cuando una tanda de anuncios interrumpe una película interesante; igualmente, soy incapaz de escuchar alocuciones y peroratas de los políticos y me conformo con leer la crónica a posteriori si el tema me parece de interés; en caso contrario, ni eso, porque la propaganda suele, en estos casos, ir unida a la demagogia, que, según Aristóteles, es la degeneración de la democracia.
Luis Losada Pescador. El ministerio de Seguridad Social que dirige José Luis Escrivá, está trabajando en una reforma de calado que facilite los permisos de trabajo para extranjeros. El objetivo es “dinamizar” el mercado laboral porque ocurre que aunque rozamos los tres millones de parados hay problemas para encontrar trabajadores en los sectores de la construcción, hostelería y el campo. Se lo traduzco: como los españoles ya no quieren trabajar en los sectores duros y prefieren estar en el paro y/o cobrar su subsidio, necesitamos importar mano de obra extranjera… y barata. ¡Toma dumping social!
MANUEL PARRA CELAYA. Evoco con cierta nostalgia aquellas películas de Manuel Summers que ahora serían imposibles: “Del rosa al amarillo” y “Adiós, cigüeña, adiós”, ambas separadas entre sí por unos diez años. En su día, llegaron a escandalizar a algunos bien pensantes y, actualmente, serían objeto de burla y de rotundo rechazo. ¿Cómo compaginar el humor fino, la ternura y el tacto exquisito con que el cineasta enfocaba el despertar del amor y de la sexualidad en la pubertad con la cruda y aberrante realidad actual de violaciones en masa, cuyas víctimas y agresores son a veces apenas adolescentes? ¿Cómo podía hoy tener éxito el enfoque de Summers cuando los supuestos violadores son recibidos con aplausos al salir de los juzgados?
Miguel Massanet Bosch. Seguimos viviendo en un mundo imaginario en el que nada resulta importante y todo sigue una rutina que nos viene ocultando lo que se está cociendo, por debajo de esta aparente normalidad. No está, ciertamente, Europa en sus mejores momentos y algunos ya empezamos a pensar que aquella unidad férrea que mostrábamos entre todas las naciones europeas, a la iniciación de la guerra de Ucrania, que pronosticaba un apoyo sin fisuras a los ucranianos, para ayudarles a enfrentarse a Putín y sus soldados; empieza a tener sus primeros fallos y, si no, que alguien nos explique el por qué el señor Macrón, de Francia, se ha mostrado tan legalista, estrictamente reglamentista y, evidentemente, poco afortunado al hablar con un énfasis poco común en él, de la “imposibilidad” de aceptar la entrada en la OTAN de la nación ucraniana, marcando un hipotético plazo de 20 años para que aquella masacrada nación pudiera acogerse al amparo militar de la UE, por medio, precisamente, de su ingreso en la organización de defensa común de la comunidad de naciones europeas.
Luis Losada Pescador. La alcaldesa de Salobreña, la socialista Eugenia Rufino Morales, ha decidido desempadronar a Macarena Olona por supuesto empadronamiento ilegal. Supuestamente, la Ley de Bases de Régimen Local obliga a empadronarse en el lugar donde se reside habitualmente. Si alguien “está a caballo”, debe de elegir: “quien viva en varios municipios deberá inscribirse únicamente en el que resoda más tiempo en el año”, reza el art. 15. Es verdad que desde un punto de purismo jurídico, Olona no está bien empadronada. Porque es obvio que no pasa la mayor parte de su tiempo en Salobreña por mucho cariño que le tenga al pueblo costero granadina. Pero también es verdad que es la primera vez que alguien se pone tan fino en el asunto del empadronamiento. Porque conviene recordar que De la Vega se empadronó en una barraca abandonada en la que obviamente no residía. Y que muchos diputados del Congreso residen en Madrid aunque estén empadronados en sus circunscripciones. De hecho se les paga un plus por eso.
Fidel García Martínez. Resultan sorprendente en estos oscuros tiempos llenos de violencia bélica, y cuando naciones como España ven comprometida su misma existencia autónoma por unos datos demográficos tan negativos, que hacen inviable no solo la vida de los ancianos sino también de los más jóvenes y se apruebe una ley de aborto de la que serán victimas las mujeres en plena adolescencia, cuando más necesitan de la ayuda y el apoyo familiar. Esas jóvenes no puede votar, sacar el carnet de conducir, fumar, beber, por ser menores de edad, pero pueden abortar por propia iniciativa y sin el consejo y ayuda de nadie solo por su propia iniciativa. Un drama desolador.
Manuel Parra Celaya. He regresado hace escasos días de una corta estancia en Italia, con ocasión de la Adunata o reunión anual de los Alpini; allí me he encontrado, una vez más, como en mi propia tierra española, como en casa, salvando las pequeñas dificultades del idioma, y en cada ocasión en que he asistido a ese acto me sucede lo mismo. También me sentí como en casa (con más dificultades de comunicación, claro) en otras estancias en Viena, Praga o Polonia. En punto a mi origen y universalidad, comparto plenamente el aforismo de Eugenio d´Ors “Yo soy un ciudadano romano”, y, llevándolo a la actualidad, “yo soy un ciudadano europeo”.
David Casarejos. Presidente del Consejo de Residentes del centro de Reino Unido. Reino Unido ya no es un país para emigrar y mucha gente no lo entiende 17 meses tras su salida formal de la Unión Europea. En enero de 2021 ya habíamos establecido que las maneras en las que se podía entrar en Reino Unido habían sido restringidas y la libre movilidad de personas no existe con este país. En este tiempo hemos leído noticias de emigrantes españoles que en el control de pasaportes y por falta de información comunicaban a los agentes fronterizos en aeropuertos británicos de su intención de buscar trabajo, y eran retenidos en un centro de internamiento de inmigrantes para ser deportados poco después… esos centros de los que también España dispone, y cuya falta de legitimidad y ética los ha hecho famosos: los CIES.
Luis Losada Pescador. Se puede engañar un poco a todo el mundo. Incluso se puede engañar un mucho a algunos. Pero engañar a todo el mundo todo el tiempo es imposible. Y esta es la lección que parece que Sánchez no termina de aprender. Primera estación. Los independentistas montan su ‘performance’ victimista a cuenta de las actuaciones del CNI para combatir el secesionismo. El presidente compra la mercancía averiada y pone en marcha la ‘operación distracción’: si hasta yo mismo he sido espiado no soy culpable, sino víctima. Voilá. Los independentistas no terminan de digerir la medicina, pero terminan tragando. El problema es que deja a nuestra Inteligencia a los pies de los caballos. ¿Quién se va a fiar de un gobierno que hace un ‘streaptease’ del espionaje sufrido por el propio presidente?, ¿qué imagen internacional ofrece de nuestros sistema de inteligencia? Apagón informativo. De momento, cuatro líneas de investigación anti-yihadista ya están en vía muerta.
Miguel Massanet Bosch. Cada vez que pretendemos acercarnos a la gran política, aquella que de verdad tiene que ver con la democracia con mayúsculas, nos alejamos más de estas seudo versiones que, desde los distintos puntos de la política de izquierdas, de la falsa y destructiva interpretación de lo que debe ser un Estado de derecho, de los predicamentos de quienes se alimentan de rencores, viven para la venganza y se expresan como oráculos de las libertades cuando, en realidad, no son más que artífices de un totalitarism.