¿Libertad ilimitada de expresión? Ideal máximo del comunismo bolivariano
Miguel Massanet Bosch. Cuando se habla de la libertad de expresión es evidente que nos estamos refiriendo a la posibilidad que tiene cualquier ciudadano de protestar contra la injusticia, contra la supremacía de los poderes públicos, contra la corrupción o determinadas normas que pudieran constituir una limitación a los derechos individuales de los españoles o un perjuicio grave a sus intereses económicos. Sin embargo, lo que estamos viendo desde que tenemos un gobierno de filosofía socio-comunista es que existe una tendencia política a darle una mayor amplitud a este derecho constitucional extendiendo y amplificando esta libertad a un mayor número de situaciones en las que la posibilidad de su aplicación y su inclusión en lo que podría ampararse en el derecho constitucional.
El Parlamento catalán burla la Constitución
Miguel Massanet Bosch. Una vez más y van tropecientas, los políticos catalanes insisten, con terquedad merecedora de mejor empresa, en intentar presentarse como víctimas del Estado español, como oprimidos por España y como privados de sus derechos a actuar como mejor les plazca cuando, en sus intentos de conseguir separarse del resto de la nación, se atribuyen inexistentes derechos seculares.
La Mano Negra del populismo chavista amenaza a España
Miguel Massanet Bosch. Al parecer hemos llegado al punto en el que, algunos que se han estado disfrazando de mansos corderillos, que han exhibido la sonrisa de la paz y la conciliación y que han vendido democracia en la que, por supuesto, no creen y hacen alardes de buenas maneras cuando, en realidad, son verdaderos matones dispuestos a acabar con la ley y el orden en esta nación española, han decidido destaparse.
Una noche perdida: España sigue en la cuerda floja
Miguel Massanet Bosch. Una reunión a cuatro. Cuatro políticos enfrentados cara a cara, mirándose de reojo y pendientes de la más mínima debilidad del adversario para tirársele a la yugular con la intención de acabar con él. Porque, señores, nos hallamos en una España desconocida, una nación en la que se empiezan a descubrir como aquellos virus malignos que hicieron que los españoles se enfrentaran en una contienda cruel, entre amigos, hermanos, ricos, pobres, cristianos, ateos, fascistas, comunistas etc. volvieran a reproducirse con nuevos bríos de la mano de quienes no han sabido olvidar, perdonar, reconciliarse ni disculpar a aquellos con los que, en el pasado, se enfrentaron en el campo de batalla.
¿TV1 emite publicidad encubierta? Otra vez sale a la palestra Mariló Montero
Miguel Massanet Bosh. La CNMC ha abierto expediente a TVE por el programa matinal que dirige la presentadora Mariló Montero, por presunta publicidad encubierta. Nadie que vea asiduamente la cadena pública estatal puede evitar sentirse engañado en cuanto a que, esta Corporación de Radio y Televisión Española, que no debería emitir ningún tipo de publicidad, precisamente por estarle prohibido hacerlo y, no obstante, en muchas ocasiones, camuflada en sus programas o confundida en forma de promociones en los casos de trasmisiones de eventos deportivos u otro tipo de programas genéricos, es evidente que en forma disimulada o subliminal, aparecen recomendaciones o sugerencias que, poco o nada, se diferencian de cualquier otro tipo de publicidad.
El “putsch” separatista catalán y la prensa compinchada
Miguel Massanet Bosch. El tema que, en estos días, está adquiriendo una importancia que nunca debiera de habérsele dado, que ha puesto de nuevo como una noticia trending topic o, en nuestro idioma, como tema del momento, para toda la prensa española y, preferentemente la catalana, ha sido el de la comparecencia ante el TSJC del expresidente de la Generalitat catalana, señor Artur Mas y dos de sus colaboradores, las señoras Ortega y Rigau; todos ellos investigados por la simulación de consulta popular que intentaron montar el 9N los separatistas catalanes, con la ayuda y financiación del gobierno catalán.
Cuando los perdedores de los comicios se las dan de vencedores
Miguel Massanet Bosch. Se puede decir que, en España, estamos pasando por un Purgatorio; un espacio gris que, como monte dantesco de expiación de culpas, los ciudadanos estamos, seguramente, siendo castigados por no haber sabido escoger adecuadamente a nuestros representantes políticos, en la primera oportunidad que nos brindaron las elecciones del 20D y, como castigo por el error, tuvimos que volver a las urnas el 26J, para dejar claro cual había sido el mensaje que, aquella primera consulta, había intentado trasmitir y, no obstante, la incuria de los políticos, su egoísmo y su malicia, no supieron interpretar con claridad el que, en aquella ocasión, habían intentado trasmitir.
"No soy tu rival, Pedro": Fraseología electoral de los líderes políticos
Pedro Sánchez: “Yo soy un político limpio”; “Quiero cambiar el PSOE para cambiar España”; "Somos la izquierda que atrae al centro";Pablo Iglesias:“No soy yo tu rival ( a Sánchez), el adversario no soy yo sino Rajoy”; “He escuchado aquí una propuesta de gran coalición, espero que el Partido Socialista no la acepte”; Albert Rivera: “PP y PSOE tienen un pacto para salvar al soldado Sánchez”; “No seas populista ( a Iglesias) yo voy a gracia a abrazar refugiados, no como tú que vas a apoyar a Tsipras”, Mariano Rajoy: “Si no soy primera fuerza no voy a intentar ser presidente porque voy a respetar lo que digan los ciudadanos “.
La educación, juguete de políticos y laberinto de estudiantes
Miguel Massanet Bosch. Cuando observamos a los políticos repetir una y mil veces los mismos argumentos, idénticos tópicos y las mismas explicaciones, para intentar convencer a aquellos de los que pretenden conseguir su voto y vemos la superficialidad con la que tratan problemas de gran envergadura, importancia social y relevancia para la marcha de un país.
Rajoy tuvo que luchar contra la cerrilidad de Sánchez y la displicencia de Campo Vidal
Miguel Massanet Bosch. “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.” Groucho Marx. Cuando uno se queda despierto hasta las doce de la noche para ver un programa de televisión espera que, aquellas horas que le roba al sueño, queden compensadas por el interés de lo que se contempla, la agilidad de la acción, y lo gratificante que le pueda resultar el contenido del programa emitido.