Iván Martín y Ladera. 29 de marzo. La parrilla del Gp de Australia, ha puesto sobre la mesa al verdad de los efectos sobre la pista de los cambios de reglamentación impuestos por la FIA para este año.

Las normas de la FIA pretendía mejorar los adelantamientos a base de reducir la importancia de la aerodinámica (restricción de esta carga al 50%), y de esta forma favorecer el espectáculo, en definitiva año tras año se complica un deporte ya de por si difícil de entender.

En gran problema de estas cosas es que al público le cuesta entender las cosas que no puede ver, y sí aquellas que le pueden ser familiares, es decir, un motor todo el mundo sabe lo que es, y a pesar que en F1 no se ven, se escuchan y se sabe que sin ellos los monoplazas no se mueven. La aerodinámica la gente en realidad no la entiende, pero la percibe en las formas de los bólidos, alerones y al menos, sabe que existe. Cuando hablamos de neumáticos... se ven que hay cuatro ruedas negras que se mueven, pero ¿y el KERS?.

Todavía estoy intentando descubrir si alguno de los presentes en el circuito Albert Park, ha pensado en algún momento en si los coches usaban Kers o no, o simplemente que como podían entender si esa cosa rara  estaba actuando o no... ¿Y quién podía saberlo? ¿acaso se puede ver? ¿se puede escuchar?. Ni tan siquiera en la retransmisión por televisión, se ha dado información, tan solo en una ocasión se ha visto como Kimi Räikkönen en una vuelta ofrecía la telemetría, pero sin saber cuando como y por qué se estaba usando...

Resltado, dos coches de los 10 primeros lo han usado sin que nadie se enterara, puesto que no hay forma de saberlo, no hay indicaciones claras restando la posibilidad de espectáculo vinculado a esa tecnología. Tenemos un Kers que ha costado cientos de millones en desarrollo (cuando lo que se pretendía era reducir costes) que se ha demostrado que no aporta competitividad (todo lo contrario) y que nadie se entera si se usa, puesto que ni se ve, ni se oye, ni se sabe...

Otro éxito de la FIA... menudo espectáculo...