Santiago Velo de Antelo. Para la Real Academia de la Lengua, el idioma es “la lengua de un pueblo o nación, o común a varios”. Puede ser tanto de un pueblo, entendiendo como tal a un conjunto de personas de un lugar, grande o pequeño, como de una nación. Pero nunca ha de utilizarse para dividir, sino para unir.
Santiago González-Varas Ibáñez. Catedrático de Derecho administrativo. No estoy tan convencido de que, por desgracia, y, pese a lo que se dice, hayamos derrotado a Eta sin que ésta haya cumplido ninguno de sus logros.
Francisco Torres García. Escribo apesadumbrado, rápido y sin detenerme a medir la palabra, molesto por tratarse de mi tierra murciana, tierra de devociones marianas, pero no sorprendido.
Javier Garcia Isac. Para empezar, los mediadores internacionales son personajes de reputación y fama probadas, con una preparación indiscutible y con un modesto sueldo que paga un país nórdico, que para serles sincero, no sé qué coño pinta en todo esto.
Javier Paredes. No soy nada partidario de conceder a los masones mayor protagonismo del que les corresponde en la Historia. Es más, el recurso a los masones en muchas ocasiones es la coartada del historiador perezoso. En este caso el investigador renuncia a seguir trabajando en el archivo, porque si todo se explica por la existencia de una organización secreta y oscura que no deja huellas, es inútil seguir desatando el balduque de los legajos. Algo así como quien esconde las barreduras debajo de la alfombra, para ahorrarse el esfuerzo de tener que agacharse con el recogedor.
Manuel Parra Celaya. La semana pasada centraba mi artículo en la escenificación del número de los verificadores, que probó una vez más que el PNV sigue recogiendo las nueces. Reconozco que quizás me excedí en mi opinión sobre esos personajes, pero es que uno está muy quemado en todo lo que afecta al separatismo, sea en forma terrorista y violenta, sea de guante blanco, traje y corbata de seda, sea de sacristía.
Javier Paredes. Moría la monarquía visigoda ahogada por el lujo, la riqueza, la molicie, el vicio, la corrupción y el escándalo. Ayuna de principios éticos, todo se había supeditado a criterios puramente materiales. Esta leyenda mora explica mejor que muchos libros de Historia la razón por la que a los musulmanes les bastó con un par de años para conquistar España, la misma tarea en la que los romanos tuvieron que emplear un par de siglos.
Pio Moa. Dadas las evidencias, izquierdas y separatistas deben admitir que, por las extremas circunstancias de una guerra, el terror fue practicado en los dos bandos. Entonces cargan las tintas sobre la represión posterior: afirman que “no vino la paz, sino la victoria”, hablan de hasta más de 200.000 personas supuestamente fusiladas por el delito de ser, también supuestamente, republicanas, y muchas más sometidas a trabajos forzados en campos asimilables a los nazis (no al GULAG, por razones obvias).
César Valdeolmillos Alonso. Establecía recientemente la semejanza existente entre los anfiteatros de la antigüedad clásica y el Congreso de los Diputados. Al igual que cada año se pone en escena La pasión cuando llega la Semana Santa, en el anfiteatro de la Calle San Jerónimo de Madrid, habitualmente se representa en el primer semestre del año esa farsa a la que conocemos como “El debate sobre el estado de la Nación”.
Miguel Massanet Bosch. Así el gran filósofo, ensayista y humanista del siglo XX, de orientación republicana y miembro del movimiento Novecentista; dejaba expuesto su pensamiento sobre lo que debía sostener el progreso de la civilización que, a su juicio, estaba basado en el trabajo y el esfuerzo mancomunado de los ciudadanos, puesto que, sin ello, sería imposible que se mantuviera.