"...salir ante los medios de comunicación a presentar esta tontería de las bombillas, la verdad es que produce rubor".
"No es momento de guardar silencio, sino de dar testimonio. Frente a su oferta de muerte, la propuesta de fraternidad. Frente a sus ojos inyectados en sangre, nuestra bonhomía y serenidad. Frente a su obsesiva tendencia sanguinaria, nuestra mirada limpia y sin miedo".
"El arte y el talento, que en mayor o menor medida siempre han estado del lado español, se complementan ahora con hombres que han sabido prepararse físicamente al nivel de los mejores, con una perfecta nutrición, los mejores entrenadores y muchas horas de esfuerzo y dedicación".
Los socialistas, que a diario practican una política neoliberal que hace cada día más ricos a los ricos y más pobres a los pobres (y más desesperados a los trabajadores) recupera los “tics” de un pasado no del todo olvidado, y nos salen con aquello de que “el gasto social no se toca, porque nosotros defendemos a los que más necesitan”. Emotivo.
"Han alcanzado ustedes un “acuerdo en materia antiterrorista” que se basa en la “unidad de los demócratas” (jamás frase tan pomposa significó tan poco), el apoyo a las víctimas del terrorismo (¡pachasco!)...Pero Señor Rajoy, ¿es que ese cúmulo de obviedades necesitaba ser firmado?"
La España socialista de Zapatero no sólo consiente que haya personas con pensiones de apenas 300 euros, y con sueldos de 500, sino que además es capaz de usar toda la contundencia del poderoso aparato judicial contra los más humildes, contra quienes no tienen siquiera recursos para defenderse. ¿Es esto la Justicia Social?, ¿es éste el Estado del Bienestar?
Lo más delirante de la sentencia que nos ocupa es que a Nanysex se le absuelve del presunto delito de “agresión sexual” con el peregrino argumento de que el acusado no tuvo que ejercer violencia alguna sobre sus víctimas para conseguir sus vomitivos propósitos. En efecto, para poder abusar de un bebé o de un niño pequeño no es necesario ejercer violencia, basta con imponer la fuerza de un adulto sobre ellos.
Si los medios coincidiésemos (no decimos de manera acordada, sino espontáneamente) en no publicar noticias sobre los atentados publicitarios de ETA, quizá conseguiríamos que los asesinos perdiesen toda esperanza de llamar la atención con sus fechorías, y dejasen de hacerlas.