Burkinis en Carnestolandia
Laureano Benítez Grande-Caballero. Una de las expresiones que mejor definen a las sociedades occidentales actuales es que están sometidas a la dictadura de lo «políticamente correcto», expresión que condensa la principal herramienta de la que se vale la ideología dominante para ejercer su ominoso despotismo sobre las masas aborregadas.
Pablo Oxford, Francisco Cambridge
Laureano Benítez Grande-Caballero. La Moncloa bien vale una Misa. Es algo que sabe perfectamente el Sr. Turrión, quien, en su desquiciada ambición de poder, va adoptando mil y un disfraces, como un Mortadelo cualquiera, acomodándose camaleónicamente a todos los escenarios y auditorios para arañar votos incluso a las audiencias hostiles a Podemos: se quita la guayabera para desmarcarse de Venezuela, condena el último asalto a una capilla de la Universidad, habla de «patria» sin tapujos, se declara socialdemócrata… Ahora amenaza con ir a por los votantes de más de 65 años.
- El Papa recibirá en audiencia a Pablo Iglesias: El Papa y el Podemita
- Obama y el Papa Francisco los dos líderes mundiales con mayores seguidores en twitter
- La virtud de Pablo Iglesias: estar siempre en el centro del debate político
- ¿Era el Papa Francisco más partidario de Cristina Fernández que de M. Macri?
- El panico de Rita Maestre acorralada por la fiscal
Crucifixio, un libro más que necesario para conocer a fondo la Pasión de Cristo
Humberto Pérez-Tomé. Es un hecho evidente que el Relato de la Pasión (RP), a pesar de que en apariencia es muy conocido por todos los creyentes, tiene «zonas oscuras», pues los evangelios narran con suma brevedad y concisión los episodios de las últimas horas de vida de Cristo, lo cual deja abiertos muchos interrogantes y misterios.
España: el país que se quiso matar
Laureano Benítez Grande-Caballero. Según la última encuesta del CIS, «La familia Monster» de los Podemitas ha sobrepasado ya al PSOE en intención de voto. O sea, que ni siquiera la investigación que el UDEF está realizando al Coletudo y a su gang sirven para que la mafia morada se vaya al garete, ni sus innumerables muestras de chabacanería, antipatriotismo y totalitarismo.
Si asaltan nuestros cielos, arrasaremos sus infiernos
Laureano Benítez Grande-Caballero. Y ahora vienen a por Ángela de la Cruz, mi Ángela de la Cruz, la santa de mi Sevilla, la santa de la gente, la santa del pueblo, la sevillana más universal después de la Macarena y la Esperanza de mi Triana natal. Mi Ángela, la santa de los pobres, rescatadora de «la gente de abajo», Ángela de los necesitados, cuyo nombre quieren quitar del callejero.
El voto del cuarto mono
Laureano Benítez Grande-Caballero En España, después de más de 500 años de historia, hubo gallardía, defensa de la fe católica, Siglo de Oro, imperios ultramarinos, furia española, y… ¿qué tenemos ahora?: a Pablo Turrión, a Podemos. En una escena de la película «El tercer hombre», en un cubículo de la noria del Prater de una Viena desttozada por la guerra van Harry Lime (interpretado por Orson Welles), y su amigo Holly Martins (Joseph Cotten).
Si hoy es martes, esto es Roma
Laureano Benítez Grande-Caballero. Como ya viene siendo costumbre, cada vez que se produce un holocausto yihadista en alguna ciudad europea salen los pijoprogres de siempre a soltar sus comentarios desde sus barbacanas tuiteras, con los que pretenden exculpar a los terroristas manejando obscenos argumentos en los que se nos hace a todos ―menos a ellos― culpables de las matanzas.
El amanecé de la madrugá
Laureano Benítez Grande-Caballero. Amanece en Triana. El Río Guadalquivir lleva en sus espumas saetas de amor, saetas, que mi Sevilla arroja implacable contra los infectos cubiles donde las hordas luciferinas de los coños insumisos han pasado una noche dantesca, carcomidos por la apoteosis católica de mi ciudad y mi España, aullando lastimeramente ante la epopeya de la madrugá.
Los desentierros de Abelcaín
Laureano Benítez Grande-Caballero. En la noche gótika que ha caído sobre España con sus bestias negras ―una jauría espeluznante donde aúllan lobunamente asaltacapillas, zapatiestos, titirietaras, genitartistas y okupas de todo jaez―, no podía faltar una de sus especies más significativas y escalofriantes: los desenterradores. No hay que extrañarse, pues estamos en la era «zombie», no sólo por los pueblos completamente idiotizados por los medios de comunicación como es el nuestro, sino porque los macabros frankesteins están por todas partes, invadiendo desde la diabólica patochada de los «jalouin» muchos ámbitos de la kulturbasura popular, especialmente juvenil, hasta conformar un «holocausto zombie» sideral y grotesco.
La España del cascabel y el gato
Laureano Benitez. Han vuelto. Nos la tenían jurada desde el 31, pues en aquel tiempo ya habían inscrito nuestros nombres en sus listas rojas, mientras desencadenaba sus infiernos con sus Terminators y sus Aliens, ahítos de bolchevismo, obsesivamente laicos, que cayeron sobre España con sus 10 plagas devastadoras. Pero encontraron enfrente a un pueblo en pie, dispuesto a defender su Patria, su religión, sus valores y su historia, que barricada a barricada detuvo la marea roja, que cara a la muerte no le tembló el pulso, que metro a metro expulsó a sus legiones hacia las heladas estepas de las que provenían.