¿Puede Pedro Sánchez achicharrarnos en las brasas de su geopolítica?
Miguel Massanet Bosch. Es evidente que nuestro presidente del Gobierno no tiene intención de cargar sobre sus espaldas cualquier responsabilidad que le pudiera venir de la guerra de Ucrania. Es por ello que los motores del Falcón que tiene a su disposición se están tragando, a toneladas, el combustible que precisa para desplazase por toda Europa, con el único fin de intentar convencer al resto de naciones de la necesidad de que sea la UE la que decida la forma o medio de conseguir un abaratamientos energético, capaz de solucionar o paliar el problema del encarecimiento excesivo y galopante que se viene produciendo, durante los últimos tiempos, de todos los elementos energéticos imprescindibles para toda economía, como consecuencia de la guerra de invasión rusa en aquella república del norte de Europa.
Su sanchidad pretende hacer círculos cuadrados
Luis Losada Pescador. Su sanchidad logró aprobar los presupuestos con los apoyos de ERC y Bildu. Son los mismos que le niegan el apoyo a la reforma laboral porque se consideran traicionados: el gobierno no derogó la reforma Bañez como había prometido. Yolanda Díaz se comprometió a examinar “con cariño” las propuestas de ERC y Bildu. Pero desde el PSOE no quieren dar la imagen de cesión a los nacionalistas en plenas elecciones castellano leonesas. Además, desde la CEOE se advierte que si se cambia una coma en su acuerdo, ellos dan marcha atrás. Y si la patronal se descuelga la imagen de la reforma por consenso se viene abajo. Y eso no sólo supone un deterioro reputacional interno sino también externo: corremos el riesgo de que Bruselas cierre el grifo de las ayudas.Y el reloj corre. Porque el decreto de reforma debería de convalidarse antes del 31 de enero, salvo que los letrados retuerzan el derecho y ‘compren’ tiempo en una negociación que -en realidad- sólo pretende convertir los círculos en cuadrados.
ANTE LA SILLA DE PEDRO
MANUEL PARRA CELAYA. Unos lo califican de provocación; otros aplauden, por disciplina de partido, una iniciativa, que desconcierta a diestra y siniestra; en este último sector, hay quienes, por rutina casi ancestral y por vocación antirreligiosa desde la cuna, crujen los dientes al entenderlo como concesión a un neoclericalismo progre, aunque pretenda dirigir los dardos en contra del clericalismo más tradicional. La cuestión es que parece seguro que la señora Celáa, exministra de Educación, debeladora de la Concertada, enemiga de la segregación por sexos en las aulas y partidaria ferviente de que los hijos pertenezcan al Estado y no a los padres, va a ser la nueva embajadora de España en el Vaticano.
De pifia en pifia, el gobierno se encamina al desastre
Miguel Massanet Bosch. Sus intentos de camuflar la realidad del país, fracasan ante la dura realidad de una España en crisis de valores y en las manos del progresismo bolchevique. En realidad existe una evidente diferencia entre la visión idílica de quienes nos gobiernan a golpe de decretos y prescindiendo de cualquier relación con la oposición, y lo que está sucediendo a nivel de los ciudadanos, que se ven ante una situación en la que se nos pinta un porvenir, en manos de las izquierdas que ocupan el poder, que difiere en mucho de lo que los economistas, el Banco de España, el Fondo Monetario, el Banco Central Europeo y aquellos encargados de fiscalizar el cumplimiento de nuestros compromisos con la CE desde Bruselas, están diciendo, informando, recomendando o advirtiendo, en cuanto a determinadas cuestiones de alto interés para la recuperación de la nación española y la mejora del estatus de sus habitantes.
Yolanda contra Díaz y Pedro contra Sánchez
Luis Losada Pescador. La verdadera batalla no es la de Yolanda Díaz contra Nadia Calviño. Ni siquiera la de Ayuso contra Casado. La verdadera batalla es la de Yolanda contra Díaz y la de Pedro contra Sánchez. Ese sí que es un cara a cara a portagayola. Veamos. Sánchez pactó con Iglesias derogar la reforma laboral. Pero Iglesias se fue y Bruselas aprieta, así que ‘su sanchidad’ flaquea. Es entonces cuando Yolanda, eternamente Yolanda, decide abanderarse en la reforma laboral. Derogación sí o sí. Busca de esta manera fraguar afectos de cara a ‘La Otra izquierda’, la nueva Podemos reunificada con las ‘mujercitas’ Mónica Oltra, Mónica García, Ada Colau y lo que queda de los morados.
El abucheado Sánchez como factor de desestabilización
Luis Losada Pescador. Lo importante es la foto. Lo verbalizó Zapatero, pero Sánchez es un alumno aventajado. El nuevo axioma es : no hay otra cosa más allá de la foto. Por eso no importa asesorarse de expertos, sino ‘vender’ una comisión de expertos que justifique mis atropellos. Y tampoco importa la cohesión interna del gobierno sino el paseillo Yolanda-Nadia para tratar de despistar a la parroquia... Lo que Sánchez no parece querer entender es que no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo. Una vez que tu palabra vale cero tu capacidad de engaño tiende a cero. Y por eso cada vez que sale a la calle recibe el abucheo del pueblo. Porque la gente está cansada de mentiras y de mensajes pomposos vaciados de contenidos.
Es urgente retornar a la prosperidad y el orden pre-sanchista
Miguel Massanet Bosch. En este totum revolutum que nos ha tocado vivir en el que parece que, en España, todo anda desquiciado, que no hay el más mínimo entendimiento entre los políticos que, incluso, dentro de cada formación, de izquierdas y derechas, se echan los trastos a la cabeza los unos con los otros en su afán de destacarse, de conseguir posicionarse mejor o de descabalgar al oponente para reforzar su propia posición, con la particularidad de que, las bases, los ciudadanos de a pie, están empezando a impacientarse ante semejante estado de cosas que, pese a la euforia de nuestros ministros y presidente del Gobierno, no parece que se estén dando ninguna de las señales económicas, sociales, financieras o políticas que puedan confirmar de alguna manera de que España ha iniciado su recuperación
Hachazo Sánchez
Luis Losada Pescador. Los presupuestos de Sánchez son los presupuestos de la ilusión y la ensoñación. El ‘cambiacolchones’ está acostumbrado a creer que sus sueños son reales y pretende que el resto compartamos su utopía. Veremos si Bruselas bendice un papel que lo aguanta todo menos el realismo de la euroburocracia. Porque resulta que con una recuperación enfriada por el FMI el crecimiento de la recaudación va a ser espectacular. Y como vamos a recaudar mucho más podemos gastar mucho más sin incrementar sustancialmente el déficit y la deuda. ¿Habrá subida de impuestos? Sí, por supuesto. Primero: catastrazo que afecta al impuesto de Patrimonio y a Sucesiones y Donaciones. Aparentemente es una reforma técnica. Y además, sólo afecta a las rentas más altas que tributan Patrimonio. Pero también afecta a Sucesiones y Donaciones. Es decir, el impuesto a la muerte.
UNA PIFIA Y MUCHAS POSVERDADES
MANUEL PARRA CELAYA El esperpento o vodevil de los ocho encapuchados, la víctima y el Señor ministro del Interior llenó, por lo menos, dos amplias portadas de los telediarios en sendos días, sumiendo a la población en una especie de congoja atormentada y culpabilizadora. A estas alturas, no sabemos cuáles fueron las deliberaciones del Consejo de Ministros urgente convocado por Pedro Sánchez ad hoc, especialmente cuando estalló la verdad sobre todas las cabezas implicadas en el ridículo. Aparentemente, no pasó nada: los colectivos LGTBI prosiguieron con sus manifestaciones de protesta y los señores Marlaska y Sánchez vinieron a decir aquello de “bueno, esta vez no fue una realidad, pero otras veces lo ha sido y será”, prosiguiendo, tan ternes, la campaña propagandística iniciada. Como tantas veces. Ya sabemos que, poco a poco, el silencio de los medios informativos será el bálsamo habitual para los (pocos) ciudadanos que han advertido lo falaz de la representación por parte de los actores principales del elenco habitual.
El equipo femenino de Sánchez, de fracaso en fracaso
Miguel Massanet Bosch. Este feminismo radical y ensoberbecido que estamos padeciendo en España, que se ha alejado de sus justas reivindicaciones en cuanto a la igualdad de oportunidades y trato que se les deben dar, por justicia, a las mujeres; para convertirse en algo parecido a un partido político de clara tendencia izquierdista, con ramalazos totalitarios y excesos verbales que las sitúan, en ocasiones, al borde de la idiocia y una reacción de repulsa hacia todo lo que está relacionado con el sexo contrario que ni es justa, ni tiene otro fundamento que un rencor absurdo