Manuel Morillo. Siempre ha sido sagrado el primer escrito conservado y conocido en cada uno de los idiomas. El primer escrito en francés es del año 842 y se trata de un documento político, las capitulaciones llamadas de Estrasburgo: una alianza ofensiva y defensiva entre Carlos el Calvo y Luis el Germánico, nietos ambos de Carlomagno.
Wenceslao Pérez Gómez. Hace unas semanas, el grupo austriaco-canadiense Magna se hacía con la marca alemana de automóviles Opel, adquiriéndola a la norteamericana General Motors, debido a las dificultades económicas por las que ésta, está pasando.
Ángel David Martín Rubio. La fiesta propia del Santísimo Sacramento de la Eucaristía es el Jueves Santo, o día de su institución por Cristo. Aquella noche: Habiendo amado Jesús a los suyos que estaban en el mundo, al fin les amó extremadamente (Jn 13,1). Y para dejarles una prenda de este su admirable amor, viendo que llegaba la hora de pasar de este mundo al Padre (Jn 13,1) y queriendo permanecer con ellos siempre hasta la consumación del mundo (Mt 28,20), realizó con inefable sabiduría un misterio que trasciende toda humana posibilidad y comprensión.
Manuel Bru. Como señalan los obispos de la Comisión Episcopal de Pastoral Social en su Mensaje para el Día de Caridad, “no podemos subestimar la crisis ni reducirla a una cuestión de ingeniería financiera. Detrás asoma el fracaso de esta sociedad del bienestar y de un modelo de desarrollo que no ha logrado reducir las desigualdades ni disminuir la pobreza en los últimos quince años a pesar de ser años de gran desarrollo económico”.
Rafael González. Llevan muchos años creyéndose el mito de la idílica convivencia de las tres culturas en el Califato de Córdoba. Y han exportado la falsa creencia. Recuerdo que en los inicios de la Transición un político andaluz viajó a Teherán a rendirle pleitesía al Ayatolá Jomeini. Y le llevó de regalo, a un fanático que consideraba la música un pecado, unos discos, seguramente de cante “jondo”, como vestigio de la cultura andalusí. Sin saberlo, fue el precurso de eso que Zapatero llamaría decenios después la “Alianza de Civilizaciones”.
José Escandell. En el escaparate de una cafetería se puede leer en un cartel este mensaje: «En este local respetamos todas las filosofías y orientaciones políticas o deportivas… pero no toleramos bromas con el café. Aquí, el café es una cosa muy seria». Aparte de bromas, eso es exactamente lo que piensa un empresario cuyo objetivo es el bien privado. Al gestor de una fábrica de automóviles no le importa que sus empleados estén separados o sean homosexuales, porque lo que le importa es que aprieten bien los tornillos o pongan bien las ruedas.
Rafael Nieto. Hace algunas semanas, me mostré partidario de poner a Florentino Pérez en el Palacio de La Moncloa. Pero no con un proceso democrático al uso (es decir, con urnas y todo eso), sino manu militari, por el Bien Común, por incomparecencia del rival, por sentido común, porque sí. Después del fichaje de Cristiano Ronaldo por el Real Madrid, creo que España tiene la obligación inexcusable de tirar de talonario, y fichar a Florentino.
Abel Hernández. En este momento es difícil encontrarse con alguien informado, sea de la derecha o de la izquierda, que hable bien del presidente Zapatero. En privado, los mismos militantes cualificados del PSOE, sobre todo los más antiguos, bajan la cabeza si sale la conversación, y desisten de salir en su defensa.
Carlos Gregorio Hernández. A José Antonio Barroso, el alcalde de IU que insultó al Rey con lindezas tales como “hijo de crápula”, le ha costado su verborrea 6.480 euros. Más significativa que esta irrisoria multa es el razonamiento del juez, que trataba de justificar la benignidad del sistema vigente hacia sus críticos recordando que “el Código Penal de la II República, promulgado en 1932, también sancionaba las injurias al Jefe del Estado en su artículo 149 con pena de prisión de 6 meses y un día a ocho años y no con pena meramente pecuniaria”.
Manuel Bru. Recuerda en su carta pastoral para este día del Corpus Christi monseñor Bernardo Álvarez, obispo nivariense, estas palabras del Papa Benedicto XVI: “la Eucaristía impulsa a todo el que cree en Cristo a hacerse pan partido para los demás y, por tanto, a trabajar por un mundo más justo y fraterno”.