Pepita Taboada Jaén. Una de las catalanas más universales, Monserrat Caballé, expresa su rechazo a ese independentismo: “Soy de Naciones Unidas desde 1988 y nos han enseñado la convivencia. Los pueblos del mundo tenemos que estar unidos. No podemos hacer cadenas, las cadenas son para la esclavitud.
M. Landaluce. Como la Historia de España ha estado mal enseñada y pésimamente aprendida, durante decenios, a todos los niveles, desde la escuela a la universidad pasando por cualquier instituto, ahora nos encontramos con situaciones grotescas.
El señor de la bronca a Felipe: Cierto que el ciudadano de la bronca a Felipe, también mencionaba a Rajoy en su acalorado discurso, y cierto es también que sus palabras son un reflejo de lo que el pueblo español opina.
Rafael lópez-Diéguez analiza desde el punto de vista del Derecho Positivo y desde la Moral Objetiva la ley Gallardón.
Javier Paredes. La tentación de hacer una religión a la carta ha sido una constante a lo largo de la historia. Claro que los ventajistas no son así de directos y, para rechazar la doctrina verdadera y fabricarse una a su conveniencia, acostumbran a proponer unas teorías, con las que se pueda hacer de mangas capirotes. Si los actuales partidarios del mal menor hubieran vivido siglos atrás, seguro que se hubieran hecho arrianos. Porque al fin y al cabo, sostener que Jesucristo no es Dios, como hacen los arrianos, permite establecer una moral a gusto del consumidor, como acostumbra a hacer la derecha pagana del mal menor.
La Lupa del YA. ¡'Madre mia! ¡Y se quieren independizar! Artur Mas ha mandado su carta al presidente de la República francesa en inglés, y además utilizando un número de fax. ¡Madre mia! ¡Aficionados de crear países!
Manuel Parra Celaya. Sin apenas respetar el paréntesis obligado de sosiego navideño, volvemos los españoles a enfrentarnos con nuestro destino e incluso con la revisión de nuestro pasado. ¡Qué extraña maldición acarreamos sobre nuestras espaldas para que, a diferencia de otras naciones civilizadas, seamos siempre un borrador inseguro! Recapitulemos, pues, nuestras preocupaciones existenciales colectivas y no tengamos empacho de afirmarnos en una serie de conceptos básicos.
José Manuel Sánchez del Águila Ballabriga. Jurista. Traigo a Gustav Radbruch a colación, célebre iusnaturalista que en su obra “Vorschle der rechtsphilosophie” (1 edición en 1948) dice acerca del positivismo tajante que ha dado alas y libertad y chulería a tantos asesinos: “El positivismo, que podríamos compendiar en la lapidaria fórmula de “la ley es la ley””, dejó a la jurisprudencia y a la judicatura alemanas inermes contra todas aquellas crueldades y arbitrariedades que, por grandes que fueran, fueron plasmadas por los gobernantes en forma de una ley
Ignacio Torres-Brizuela. Ayer estaba cenando con mi familia. Como siempre. Nada extraño. Unas empanadas y la tele puesta para ver las noticias. Fue como lo vi: blogueros y periodistas, perseguidos hasta la muerte por publicar unas ideas contrarias a las de la religión del país. La cadena no se cortó, y mostró las imágenes de los pobres desgraciados a los que habían atrapado (y “ajusticiado”). Mi sorpresa y mis cercanas nauseas no tuvieron nada que ver con la atrocidad de las imágenes ni con las empanadas que estaba comiendo, siendo yo un joven acostumbrado a la más brutal y sangrienta violencia (cinematográfica, eso sí) y estando las empanadas en perfecto estado.
Pío Moa. El franquismo no se entiende sin referirse a la situación histórica de la que surgió, esto es, la crisis de la II República y el Frente Popular. Durante años, en libros, cine y medios de masas se ha idealizado sin tasa y harto infantilmente a la república, presentándola como una exigencia popular manifiesta en las elecciones municipales de abril de 1931. La realidad es que aquellos comicios no implicaban un cambio de régimen; que dieron amplia mayoría a las candidaturas monárquicas, excepto en las grandes ciudades; y que fueron utilizadas por los republicanos para crear una presión de masas golpista (meses antes habían intentado un golpe militar) para derribar la monarquía.