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Diario YA


 

MI RECELO ANTE LOS COLECTIVOS

Manuel Parra Celaya. Como antiguo profesor de Lengua, ando con mucho ojo para no caer en las tergiversaciones que va imponiendo la corrección política en nuestro idioma (y, por lo que voy leyendo, en otros, pues se trata de otra pandemia). Recordemos que el lenguaje crea el pensamiento, y no al revés: cuando utilizo una determinada expresión que viene condicionada ideológicamente, la idea que yo tenía de la realidad experimenta una modificación en el sentido buscado por los ingenieros de la manipulación. No hace falta poner muchos ejemplos, pues creo que los lectores están al cabo de la calle, pero, por si acaso, pensemos en aquello del “comando legal” o en esto otro de “interrupción voluntaria del embarazo”…

INERCIA Y ACTITUD RESILIENTE

Manuel Parra Celaya. A poco que observemos, el resultado de las autonómicas de Cataluña ha sido el esperado, quizás con dos notas disonantes para el triunfalismo oficial: la elevada abstención, casi llegando a la mitad del censo, y la sorpresa de los once diputados de Vox en el Parlament; esto último es causa de escándalo y de previsión de manifestaciones callejeras, como ya se demostró durante la campaña; si echamos mano a la historia, algo de eso, esperemos que en menor escala, ocasionó la entrada de tres ministros de la CEDA en el gobierno de la República en 1934.

A poco que hablemos con nuestros compatriotas, sin distinción de posturas ideológicas, detectaremos un estado de insatisfacción y malestar

ASUMAMOS RESPONSABILIDADES

Manuel Parra Celaya. No voy a escribir sobre las elecciones en Cataluña. Estoy sumamente enojado porque, sin venir a cuento, me han desvirtuado la celebración del 14 de febrero, que, para mi esposa y para mí, es, por antonomasia, el Día de los Enamorados; y en esa costumbre me siento tan anglófilo como, por ejemplo, Ramiro de Maeztu y José Antonio Primo de Rivera, aunque me separen de la Rubia Albión el contencioso histórico de Gibraltar y el actual del Bréxit.

todas las fuerzas vivas del Sistema han mostrado una unanimidad, nada sospechosa, al alborozarse del triunfo de Biden

EL INEVITABLE FACTOR HUMANO

Manuel Parra Celaya. Decía en mi anterior artículo que todas las fuerzas vivas del Sistema han mostrado una unanimidad, nada sospechosa, al alborozarse del triunfo de Biden, con la consiguiente condena a los infiernos de Trump; el asalto al Capitolio ha servido excelentemente para la demonización absoluta del derrotado. Ya empiezan a llegar noticias constante de que a este le crecen los enanos, y algunos fieles partidarios y muchos fervientes colaboradores de hasta hace poco van uniendo sus críticas a los antitrump de siempre, echando mano del me equivoqué, esto sí que no, fui engañado, y cosas por el estilo.

¿Y TÚ ME LO PREGUNTAS? DEMOCRACIA…¡SOY YO!

Manuel Parra Celaya.  No, no teman que este artículo de primeros de año comente ad nauseam el divertido sainete protagonizado por Iceta y su pupilo Illa, merecedor de que alguien le ponga música bailable para amenizar estos tiempos, entre el temor y el tedio, de la segunda o tercera ola, vayan ustedes a saber por qué número vamos… Tirando por elevación y al filo de la actualidad, me voy a referir a la especial situación tensa que viven los Estados Unidos de América, que ha dejado de ser comedia para adquirir tintes de tragedia, ya que se han dado víctimas mortales. La cuestión, más allá de la desdichada anécdota, es que todo el Sistema en bloque -neoliberalismo, nueva y vieja izquierda y, especialmente, Wall Street- echaron las campanas al vuelo cuando el recuento dio la victoria a Bilden, frente a las protestas de Trump, ese curioso personaje, niño díscolo del propio Sistema que se alegra infinito de su derrota.

¿PRESAGIOS CONSTITUYENTES?

MANUEL PARRA CELAYA. Parece que, de nuevo, está abierto -in péctore- un período constituyente. Alguien lo ha dicho así, con la boca grande, a raíz de la aprobación de los PGE; otros lo sostienen, sin ambages, desde los sillones del banco azul, mientras sus compañeros de colación lo niegan con la boca pequeña; oficialmente, poder y oposición sostienen la vigencia de la Constitución del 78, pero se lanzan mutuamente dardos envenenados que ponen en duda la lealtad constitucional del adversario.

PUES TENÍAN RAZÓN…

Manuel Parra Celaya. Como estamos observando, casi a diario, cuando un grupo o estamento de los muchos que forman parte del entramado de la sociedad creen perjudicados sus intereses legítimos, alían sus esfuerzos y sus lazos, se organizan y lo exponen a la luz pública, ya sea en exhibición por las calles y plazas, de forma airada o festiva, ya en manifiestos con las firmas al pie de sus integrantes y simpatizantes, dirigidos a los políticos, por si estos tienen a bien satisfacer sus cuitas o, por lo menos, plantearlas en las cámaras de debate.

Esta pirámide de Maslow partía de las necesidades más elementales o fisiológicas

LA PIRÁMIDE INVERTIDA

Manuel Parra Celaya. Abraham Maslow desarrolló, allá por los años 40 del pasado siglo, una teoría psicológica sobre las necesidades humanas que, posteriormente, ha sido muy aplicada a los ámbitos de la empresa, del márquetin y de la publicidad. Esta pirámide de Maslow partía de las necesidades más elementales o fisiológicas (respirar, alimentarse, descansar, tener una vivienda…), ascendía a las de seguridad (física, de empleo, de recursos, de relaciones familiares…), a las de tipo social (amistad, afecto, intimidad…) y llegaba a un penúltimo escalón considerado como de estima y reconocimiento, donde se situaban el éxito social, la confianza de los demás en uno y el respeto de todos; la cúspide de la pirámide se titulaba de autorrealización, y esta descansaba en la creatividad, la espontaneidad, la falta de prejuicios y la capacidad probada para resolver problemas.

DISTURBIOS…Y ALGO MÁS

Manuel Parra Celaya. Las últimas (o penúltimas) medidas para intentar contener la arremetida de la segunda ola del Covid 19 han sido ampliamente contestadas por multitud de algaradas callejeras en muchas ciudades de España y del resto de Europa. Las manifestaciones, con protagonismo juvenil en su mayoría, derivaron en violencias y enfrentamientos con las Fuerzas de Seguridad, vandalismo, incendio de contenedores y, en muchos casos, asaltos a establecimientos comerciales y pillaje. Ante ello, no es de extrañar la repulsa de una mayoría de ciudadanos, alarmados por la magnitud y alcance de las protestas; nosotros mismos no podemos menos que esperar que vuelva a reinar la cordura y que las protestas discurran por cauces pacíficos.

CIUDADANOS Y SÚBDITOS

Manuel Parra Celaya. Con lo que está cayendo, es imprescindible estar al día, llevar un seguimiento más o menos exhaustivo de las disposiciones oficiales, tanto por seguridad personal y colectiva (no podemos caer en el absurdo negacionismo), como por ser cumplidores de la norma y evitar posibles advertencias o sanciones de los agentes de la autoridad. Claro que está en la opinión de muchos que algunas de estas disposiciones oficiales y sanitarias están tomadas sobre la marcha, en un ejercicio constante de ensayo y error, son aleatorias y cambiantes y, quizás, puedan obedecer más a criterios partidistas que salutíferos. Incluso, puede surgir la sospecha de que persiguen, a largo plazo, crear una especie de cultura de la sumisión. En todo caso, las opiniones son libres, previo el dura lex, sed lex.