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Diario YA


 

La interpretación es diáfana: drogarse y abortar es de izquierdas, esto es, progresista; lo contrario es de derechas

Masoquismo ideológico: “Estados Unidos gira a la derecha, con límite a la droga y al aborto libre”

Manuel Parra Celaya. Este artículo de hoy puede considerarse una prolongación del de la semana pasada (recuerden: “Señalar con el dedo”), pero con más carga de indignación, si cabe, de su autor. En efecto, una cosa es saber de antemano que el adversario te va a dispensar constantemente todos aquellos calificativos que puedan desprestigiarte socialmente, y otra es asumir con gusto esta estrategia y darle publicidad gratuita; este hacer el juego al otro, que sabemos fullero y mentiroso, puede calificarse de verdadero masoquismo ideológico. Tengo como claro ejemplo de ello el titular de una crónica de ABC (11-XI-24) del corresponsal e Washington, La interpretación es diáfana: drogarse y abortar es de izquierdas, esto es, progresista; lo contrario es de derechas. La interpretación es diáfana: drogarse y abortar es de izquierdas, esto es, progresista; lo contrario es de derechas, y aquí pueden añadir los lectores todo el repertorio de términos peyorativos que un servidor citaba en el artículo que di a la estampa la semana anterior, incluyendo los de cavernícola y retrógrado, que se me quedaron en el tintero.

el Bien Común han desaparecido de ideologías y programas

DOS CABEZAS BAJO EL MISMO SOMBRERO

Manuel Parra Celaya. En los últimos años universitarios, opté por cursar una asignatura que llevaba el sugerente título de Pedagogía empresarial, confiando en que en ese mundo de la empresa, desconocido prácticamente para mí entonces, se me abrieran algunas perspectivas sociales prometedoras, compatibles con mi vocación educativa. Un engolado y joven profesor vino a echar por tierra mis expectativas ya en la presentación de la materia, al anunciar que explicaría la interpretación materialista de la historia en Carlos Marx, con hincapié en su vertiente dialéctica; avisó que toda versión que diéramos basada en el Bien Común sería desestimada en trabajos y exámenes. Aún me pregunto qué tenía aquello que ver con la pedagogía y con el mundo empresarial.

UNA ASIGNATURA PENDIENTE…Y NO PROBABLE

Lo cierto es que suenan por doquier tambores de guerra -eufemismo de cañonazos, misiles y drones mortíferos-

Manuel Parra Celaya. Oí decir el otro día el exministro Moratinos que “estaba extremadamente preocupado porque estamos al borde de una guerra mundial”. Quisiéramos la inmensa mayoría no compartir este pesimismo, pero lo cierto es que las constantes informaciones sobre la situación internacional nos inquietan mucho más que los reiterados avisos de alarma sobre el presunto cambio climático o esa proliferación de nuevos virus, advertencias que parecen diseñadas para mantener amedrentadas a las poblaciones y tenerlas en estado perpetuo de sumisión. Y ahora puede venir la pregunta del millón: ¿cuántos ciudadanos son conscientes de la presencia de la sufrida Brigada Aragón en el Líbano, que será relevada dentro de un mes y poco por la Brigada Guzmán el Bueno? ¿Cuántos escolares han sido informados en sus aulas de las tareas, sea de esa ineficaz Organización Internacional para la paz o de la O.T.A.N, en territorios ya en conflicto o cercanos a las guerras que se están librando en este momento?

Viene dada esta situación por el empecinamiento del Sistema -más allá de su adscripción en izquierdas o derechas-,

LAICISMO POR DECRETO: Las fiestas patronales con fecha señalada están perdiendo el adjetivo patronal

Manuel Parra Celaya. Las fiestas patronales con fecha señalada están perdiendo el adjetivo patronal para quedar reducidas, simplemente, al sustantivo que anuncia unos festejos anuales, que podrían celebrarse en cualquier día del año u ocasión. De este modo, en la memoria del ciudadano, especialmente de los más jóvenes, se va borrando sistemáticamente la razón por la que se ocia en el trabajo, se propicia un buen puente para una escapada o se engalanan edificios oficiales. Viene dada esta situación por el empecinamiento del Sistema -más allá de su adscripción en izquierdas o derechas-, encarnado en los Consistorios en este caso, en confundir aviesamente la no confesionalidad del Estado, según el artículo 16.3 de la Constitución, aun supuestamente en vigor, con el puro y duro laicism

Los estigmas de la letra escarlata o de la estrella amarilla están a la orden del día

LETRAS ESCARLATAS

Manuel Parra Celaya. No sé en qué habrá acabado el tema, pues la noticia es de hace unos días y, francamente, no he sido capaz de perseguirla ni en prensa ni en redes sociales: dos juzgados de Bilbao habían marcado con unas pegatinas a unos presuntos (y recalco el término, de tanto uso actualmente, incluso ante delitos flagrantes) acusados de violencia machista. Ahí me quedé, y pido disculpas a los lectores por si se trataba de una fake news o, de ser cierta la información, se enmendó a tiempo la medida supuestamente cautelar de esos juzgados. En todo caso, quede como anécdota, pero lo suficientemente significativa para reflexionar sobre la actual cultura de la cancelación (“cancel culture”, en el inglés original de los EE.UU., de donde proviene el wokismo), sus exigencias y sus medidas inquisitoriales; ya está implantado en casi toda Europa y, por supuesto, en España, que acostumbra a ser el laboratorio de pruebas.

SEÑALAR CON EL DEDO

Me creo más a estos valencianos enojados, con toda razón, que al falaz Pedro Sánchez

Manuel Parra Celaya. De muy pequeñito, me enseñaron que señalar con el dedo es de mala educación, y esa, como otras muchas recomendaciones, las he procurado observar a lo largo de mi vida, No así el Presidente del Gobierno y su coro de medios afines, que se apresuraron a encasillar a los indignados vecinos de Paiporta como ultraderechistas; leo, en otra prensa, los desmentidos al respecto de los damnificados por la catástrofe, gentes del pueblo que, sin dejar de lamentar los incidentes de ese día, rechazaban rotundamente cualquier definición ideológica o partidista que animara el tumulto.
    Me creo más a estos valencianos enojados, con toda razón, que al falaz Pedro Sánchez, que no cesa de señalar con su dedo autoritario a quienes no soportan su presencia en casi ningún rincón de España. Por idénticas razones de educación y buen gusto, nunca me he sumado a otros estentóreos vituperios, especialmente si trascienden del juicio político y ético y se adentran em terrenos y vericuetos personales; pero ya sabemos de la cólera del español cabreado, que tantas veces a lo largo de nuestra historia nos ha llevado tanto a heroicidades como a verdaderas miserias humanas.

Si nos trasladamos al otro punto caliente del Planeta, tengo para mí que, en el fondo, la guerra ruso-ucraniana viene a ser una guerra civil

LAS GUERRAS QUE NOS CIRCUNDAN

Manuel Parra Celaya. Continúo con el tema de la pasada semana (recuerden: el de “la asignatura pendiente” en España y el de los “tambores de guerra” que suenan por doquier), pero debo confesar que no soy experto en política internacional, ni, de hecho en la política en general. Quizás me mueve a entrar en estos belenes el hecho de que haya soldados españoles destacados en misiones de paz en ambos lugares; o quizás el aburrimiento que me produce el panorama español, frívolo, tosco y vulgar. En todo caso, disculpas de antemano a los lectores por mis lagunas y posibles errores de juicio al respecto.

HISTRIONISMO PANHISPÁNICO

Manuel Parra Celaya. Me van a permitir los lectores que haga omisión de la efemérides de este domingo -6 de octubre-, y no recurra a mis humildes conocimientos de historia por ser poco democráticos; me refiero, claro está, al golpe de Estado que protagonizaron socialistas y separatistas catalanes contra la legalidad de la II República. No quiero caer en cancelaciones por evocar memorias non gratas, de forma que voy a centrarme en un tema más actual, concretamente en el antiespañolismo visceral y estúpido que recorre alguno de nuestros países hermanos más allá del charco.

Una anécdota curiosa es la reivindicación portuguesa del Ministro de Exteriores, Sr. Nuno Melo, de la localidad de Olivenza

AÑORANZA DE LA ESPAÑA VACIADA

Manuel Parra Celaya. Un par de lectores me han echado en cara que falté a mi cita con ellos la semana pasada; efectivamente, y lo siento, pues estaba de viaje por las bellas tierras de Soria, donde se puede comprobar, en vivo y en directo, la situación de esa España vaciada que causa desazón a una mayoría sensibilizada de españoles, entre la que no se encuentran, por supuesto, las clases políticas. No fue óbice para las reflexiones sobre este vacío una obligada visita al Raso de la Nava de Covaleda, por aquello de ceder un punto a la nostalgia, sentimiento que será fácilmente entendido para los miles de ciudadanos que convivieron, en su juventud, bajo la lona en aquella “catedral de los campamentos”; un recuerdo agradable ha quedado, según varios testimonios, entre los vecinos de la localidad, pero este es otro tema distinto, que dejo para otra ocasión.

El totalitarismo democrático: PALABRAS DE OBLIGADO CUMPLIMIENTO

Manuel Parra Celaya. El totalitarismo democrático no solo afecta al ámbito de la política en su estricto sentido, sino que invade, cada vez más, la esfera de lo personal, de la intimidad incluso, y, por supuesto, del lenguaje y del pensamiento; recordemos que este viene condicionado por aquel, y no a la inversa: lo que decimos ha pasado previamente por esa especie de censura social y nuestro cerebro se ve constreñido por el uso de los términos que empleamos y por el rechazo de los que nunca pronunciamos por el influjo de esa censura.