Santiago Velo de Antelo. El programa El Gato al Agua sigue deparando sorpresas. La presencia de Rafael López-Diéguez, de AES, viene siendo algo habitual en diferentes programas. Pero la novedad ha sido no sólo su presencia en El Gato de Intereconomia, sino que además, se lo llevara, lo que significa que fue el contertulio preferido y más votado por la audiencia del programa.
Pedro Sáez Martínez de Ubago. El Apocalipsis es el último libro de toda la Biblia y un misterio en lo tocante a su exégesis no siempre afortunadas. Etimológicamente “apocalipsis” significa desvelar lo oculto y se puede traducir como revelación. Literariamente, el género apocalíptico es frecuente en la literatura de tiempos en que, por diferentes motivos, persecuciones, censuras… se necesita dar, de una forma más o menos críptica una esperanza a los perseguidos; y en el bíblico Dios se revela como el Señor de todo, el “Rey de reyes y Señor de los señores” en virtud de lo cual no debemos que temer nada, porque al final triunfarán Dios y los suyos. Y nadie más de Dios que la Virgen santísima.
Javier Paredes. Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Alcalá. Hacía muchos años que no se hablaba en público en Santander de las apariciones de Garabandal, según me dijeron. Pero nada de esto me importó para viajar a esa ciudad hace unos días, para presentar el libro de Santiago Lanús, Madre de Dios y Madre Nuestra. Fátima, Ámsterdan y Garabandal de la editorial San Román, de cuyo prólogo soy autor. Acepté escribir ese prólogo y acudir a la presentación de Santander, porque el libro es de lo mejor que se ha escrito sobre apariciones marianas.
La Lupa del YA. Hemos recibido esta forma en la evolución de fabricar chorizos. La publicamos para que el lector piense qué está pasando para llegar a esto y en qué hay que retificar.
Miguel Massanet Bosch. Dudo de que, cualquier persona que venga del extranjero que tenga un conocimiento de lo que está sucediendo en nuestro país, del comportamiento de la clase política, del desbarajuste de la Administración de Justicia, de la actitud levantisca de algunas de nuestras autonomías y de la pasividad culpable de una gran parte del pueblo español ante los evidentes signos de descomposición que se van apreciando en alguna de ellas; pudiera calificar a esta nación como una de las democracias que forman parte del llamado mundo occidental.
Pablo Alejandre Calviño. El innegable fraude con los cursos formativos organizados por los sindicatos ha sido una realidad duradera y vox populi; y la culpabilidad de éstos es inconcusa; pero, siendo justos, hay que acusar también a otros no menos responsables. Veamos: con el dinero público que reciben para formación, los sindicatos convocan cursos que luego encargan a academias o autónomos a condición de que éstos les facturen por el triple del precio pactado y abonen, a su vez, la llamada "contrafactura" que les proporciona el sindicato: unos falsos gastos importando la diferencia entre lo facturado por la academia y el precio real.
Manuel Parra Celaya. Reconozco que soy poco aficionado al cine en estos momentos. Me apetece, como a Borges en los días que su ceguera se extremaba, más releer (recordar, en este caso, y no por falta de vista, a Dios gracias) más que leer; de forma que me contento con ver por la pequeña pantalla de mi casa aquellas películas que han alcanzado la categoría de clásicos y espero, con paciencia y sin inquietud ninguna, a que las que se vayan proyectando alcancen este nivel o se pierdan en la memoria colectiva como puras anécdotas de un entretenimiento en tarde de lluvia.
Pedro Sáez Martínez de Ubago. Analógicamente, Zaragoza y Jerusalén se unen por el Templo que custodiaba el Arca de la Alianza y el Pilar en que se apareció el Arca humana que custodió e su seno al Verbo encarnado. Así, con motivo de la fiesta de la Hispanidad de 1984, Juan Pablo II, dijo en Zaragoza: “El mandato misionero de Jesús en las riberas del Tiberíades, resuena hoy con fuerza a orillas del Ebro, donde desde hace tantos siglos alienta un eco de los afanes apostólicos de Santiago y de Pablo. “Id y enseñad a todos los pueblos”.
Manuel Parra Celaya. Ha estallado una bomba en El Pilar de Zaragoza. Así me dieron la noticia, que luego pude ampliar a través del telediario, en donde se aclaraba que se trataba de un artefacto casero, que no había ocasionado daños en los visitantes del templo pero sí de orden material en el mobiliario; la policía añadía la consabida frase de que estaban abiertas todas las vías de investigación -tópico ineludible para no pillarse los dedos-, pero se sospechaba que la autoría correspondía a un grupo anarquista.
Francisco Rodríguez Barragán. Creer en el Dios anunciado por Jesús ¿es razonable? Si nadie ha visto a Dios con sus propios ojos ¿cómo podremos creer en Él? ¿Qué será más sensato creer o no creer? ¿Creer en Dios puede significar abdicar de nuestra responsabilidad personal ante la verdad de nuestra vida, que es lo único que tenemos en nuestras manos?