Jesús Asensi Vendrell. Algunos no entienden por qué algunas asociaciones de padres y madres se han sumado a la huelga convocada por los alumnos de Secundaria y Bachillerato.
Carlota Sedeño Martínez. La encíclica social de Benedicto XVI, “Cáritas in veritate”, fue publicada en junio de 2009, cuando Occidente se sumía ya en una profunda crisis económica. En su introducción, la encíclica alude a dos criterios fundamentales: la justicia y el bien común.
Sergio Dugenest. El mundo está lleno de superdotados en “el arte del fastidio” y a la primita del riesgo se le han unido unos siniestros personajes que pululan por el mundo del correo electrónico y que están haciendo difícil la comunicación entre un nonagenario y sus nietos. Esta pérfida pareja son el “Sr. Faillure y el Sr. Maeler Daemon”.
Fina Millán-Hita. Satisfacción casi general por la noticia de que el Tribunal Constitucional acaba de anular la normativa por la que se podía multar en Cataluña a quienes desde diferentes ámbitos, osaran atender a sus clientes en otra lengua que no fuera el catalán.
Miguel Ángel Gutiérrez. Sé que voy a pegar un serio disgusto a los intelectuales marxistas, a los del 15 M, a la tropa de Llamazares, a los del Bloque, a los de Esquerra e incluso los de Bildu, pero hay que decirlo: el socialismo científico se basa en una ciencia descartada.
Raúl Espinoza Aguilera. A inicios de los años 90, un grupo de profesionistas, que no tenían estudios en Comunicación, se interesaron por participar en los medios de comunicación social. El objetivo era claro: promover los valores de nuestra civilización, esto es, defender la vida de los no nacidos, del matrimonio, de la educación de los hijos, de las virtudes humanas, de los valores cívicos y de todo lo que ha hecho grande a nuestra patria.
José Morales Martín. Ninguno de los pueblos o regiones que forman parte del Estado español podría entenderse, tal y como es hoy, si no hubiera formado parte de la larga historia de unidad cultural y política de España.
Miguel Massanet. La prensa catalana es elemento esencial en este sombrío panorama catalán. Tanto las radios, como todos los periódicos de tendencia izquierdista, habituales defensores del catalanismo acérrimo, al que se añade el Grupo GODO (...) En esta ocasión La Vanguardia se ha quitado la careta y parece apoyar el separatismo, inundando cada día de encuestas las páginas del periódico; encuestas que, a muchos, nos huelen a chamusquina
Antonio García Fuentes. Si hace sólo diez años nos hubiesen dicho lo que iba a ocurrir, no nos lo hubiésemos creído, pero la realidad ha demostrado que la “potente y progresista sociedad de consumo” ya caminaba hacia una decadencia y destrucción social que a la vista está, sigue en aumento.