Manuel Parra Celaya. No es verdad que cualquier tiempo pasado fue mejor; lo único es…que ocurrió antes. La frase no es de mi cosecha, sino de un amigo de mi quinta que pasaba por un momento reflexivo y filosófico, por razón de la edad. Pero, bien pensado, es verdad: al llegar a determinadas cotas de la vida, solemos embellecer el ayer, colorearlo con bellos tonos, olvidando los grises que han predominado o los francamente negros. Es el efecto confluyente de la lógica nostalgia de la juventud y del susto que nos provoca el avance inmisericorde de los años.
Este es el discurso de Aznar en el Club Siglo XXI, considerado como la puesta en escena de una nueva propuesta política:
Manuel Parra Celaya. Me encanta visitar ruinas, restos de la historia. De castillos, de murallas, de edificaciones que fueron otrora señoriales o de humildes casas de campo. Las piedras que fueron paredes o baluartes despiertan mi imaginación e incluso mi vena más filosófica. Por la primera, me represento casi plásticamente a quienes las habitaron, atacaron o defendieron; cómo iban vestidos, qué sentían, qué pensaban; por la segunda, actualizo el tempus fugit y tomo conciencia de lo fugaz del ser humano y de la perennidad de la dura roca. En esos momentos, envidio la capacidad de observación de nuestro Azorín y, sobre todo, su maravillosa capacidad de expresión. No es extraño que, a renglón seguido, mi alma se eleve a lo trascendente: “acudamos a lo eterno”, que decía don Pedro Calderón.
Lluis Esquena Romaguera. En vez de debatir sobre pormenores intracomunitarios que poco afectan a los ciudadanos, lo que tiene que hacer la Unión Europea es ponerse las pilas para que el objetivo, que cumple en 2015, de un mundo sin hambre sea una realidad.
“La sociedad es actualmente una horda desbastada por la civilización y que está formada por dos poderosas tribus, la de los fastidiosos y la de los fastidiados” Lord Byron
Miguel Massanet Bosch. En esta endémica crisis que ya lleva años azotándonos parece que existe un general consenso en que, los que se llevan la palma de ser los más afectados por sus consecuencias son los de esta clase de ciudadanos incluidos dentro de la genérica denominación de “Clase media”.
Manuel Parra Celaya. Escribo estas líneas apresuradas el día de Corpus Christi, domingo. Ya hace años que nadie repite el dicho de los tres jueves del año que relucen más que el sol, porque los acuerdos entre la autoridad civil y la religiosa convinieron en el cambio del día de la semana tradicional; creo que Toledo goza del privilegio de mantenerlo, pero es una excepción que contemplo con envidia; en la dialéctica entre tradición y producción suele ganar esta última, y es normal dentro de lo que cabe; lo malo es cuando cunde el ejemplo y nuestros laicistas empiezan a pedir el traslado del día de Navidad, de la Epifanía o del Viernes Santo, por aquello de no incomodar a determinados sectores de creyentes en otra religión, que siempre suele ser la misma.
Antonio Torres. Presidente Fundación REDMADRE. Qué difícil y estéril es defender la causa de la sinrazón cuando la inteligencia despliega todos sus recursos; qué difícil sostener las causas injustas, cuando sus consecuencias despiertan en los corazones de las personas sensatas un profundo deseo de rectificación.
Fernando José Vaquero Oroquieta. La irrupción mediática del ex-presidente José María Aznar, el pasado 21 de mayo, de la mano y voz de Gloria Lomana en Antena 3, ha generado ríos de tinta y horas –y más horas- de comentarios de tertulianos y políticos, reiterados hasta el aburrimiento y la náusea en su unanimidad.
Manuel Parra Celaya. No me he contado nunca entre en el número de los euro escépticos. Sin ánimo de hacer alardes pedantescos, recuerdo que, allá por el 1966, cuando apenas contaba diecisiete añitos y casi recién llegado de aquella universidad sin puertas que era el Campamento de Covaleda, un artículo de Felipe Mellizo (hoy olvidado en el mundo del periodismo) me hizo entender el verdadero europeísmo.
La Lupa del YA ¿Recuerdan? En el YA publicamos hace un año fotografías de esta manifestación donde musulmanes radicales afincados en Londres pronunciaban una serie de amenazas a Occidente en las mismas calles londinenses. Muchos pensaban que exagerabamos con nuestra denuncia, donde pediamos medidas urgentes. Pues ahora resulta que uno de los manifestantes, como ven en la foto el día de la manifestación, es el principal acusado por el asesinato del soldado inglés. ¡Ya lo advertimos!